jueves, 15 de diciembre de 2016

Iniciando el Blog


  Hola! Me llamo Rafael Girón, bienvenidos a mi blog. Este blog está asociado a la Ayuda a  Proyectos de Investigación 2016 del Instituto de Estudios Giennenses (Jaén, España) con el proyecto “Las columnas del Santo Reino. Las actividades económicas del reino de Jaén a finales del siglo XVI (1580-1600)” concedida el 14-XII-2016 y financiada por la Diputación de Jaén. 


  En este blog se irán plasmando los resultados de mi proyecto de investigación. Las Columnas del Santo Reino tiene por objeto estudiar las actividades económicas que sustentaron la población del reino de Jaén en las dos últimas décadas del siglo XVI a partir de documentación inédita custodiada en archivos locales, nacionales e internacionales. Estas actividades económicas, especialmente la producción textil, debieron ser la causa principal del desarrollo urbanístico de ciudades monumentales como Úbeda o Baeza y seguramente Jaén.

  En estos archivos se buscarán todo tipo de referencias económicas a la producción agrícola y ganadera, el artesanado y el comercio, que permitan ampliar el conocimiento en torno a la economía del Santo Reino; elementos, en algunos casos, poco estudiados por la historiografía hasta la fecha, pero presentes y muy celebrados en la obra de cronistas como Ximénez Patón o Martínez de Mazas. 

 Así, se analizará y estudiará toda la documentación inédita disponible en torno a la producción y comercio de: aceite de oliva –Arjona, Andújar–; vino –Alcalá la Real, Castillo de Locubín, Martos, Úbeda y Baeza–; cereales, lana –a partir de las ventas en los lavaderos de lanas de Huéscar–, cuero, carne, pescado, entre otros; textiles –paños de Baeza, Jaén, Linares, Alcaudete–; derivados del cuero –cordobanes y guadamecíes de Jaén– manufacturas metálicas –espadas y otras armas, rejas, platería–; comercio de tintes y mordientes –pastel, cochinilla, agallas, grana, rubia, alumbre, zumaque, rasuras–, en fin, todo aquello susceptible de ser estudiado dentro de la producción y comercio de materias primas y manufacturadas.

 Paralelamente se analizarán los agentes de estos procesos económicos: el artesanado – plateros, rejeros, pelaires, tejedores de paños, tintoreros, etc.– y los mercaderes así como las relaciones existentes entre ambos colectivos. En medida de lo posible trataremos de reconstruir trayectorias de figuras sobresalientes en estos grupos y sus familias utilizando como herramientas la prosopografía y la genealogía. Sin olvidar que estas actividades estaban promocionadas por las élites nobiliarias, en muchos casos, dueños de los talleres, tenerías, tiendas y telares al mismo tiempo grandes ganaderos de lanar, caprino y vacuno, por tanto, proveedores de las materias primas para los procesos productivos preindustriales que se llevaron a cabo en el reino de Jaén a finales del siglo XVI. Es decir, mientras estudiamos las actividades económicas, alcanzaremos un buen nivel de conocimiento en el estudio de la sociedad del Santo Reino.


  En el momento que conozcamos mejor los mercaderes locales y los productos con los que traficaban y las operaciones mercantiles entre los primeros con mercaderes de otros lugares cercanos –Sevilla, Granada, Murcia, Cartagena y Alicante– se podrán dibujar las redes comerciales –o mejor una gran red– que insertó el reino de Jaén en la economía global de finales del siglo XVI, y que a partir de nuestras investigaciones previas enlazarán el Santo Reino con países europeos –Italia a través de los puertos Livorno y Génova– y el principal mercado de los productos giennenses: las Indias españolas. El papel jugado por mercaderes extranjeros, sobre todo genoveses, se nos antoja fundamental, a partir de la documentación ya consultada en Baeza y Jaén, donde los factores de las grandes compañías genovesas de Granada campaban a sus anchas, suministrando tintes y material industrial especializado (cardas, telares, pesas y husos de telar).






En cada una de las entradas de este blog iremos tratando diferentes aspectos de la economía del reino de Jaén a finales del siglo XVI. Confío en que les resulte de interés.