domingo, 28 de mayo de 2017

Diario de una investigación (XVI): Semana del 22 al 26 de Mayo


La catedral de Jaén, sede del Archivo Histórico Diocesano de Jaén

Ya sin las obligaciones de la docencia, esta semana he hecho "doblete" varios días en el Archivo Histórico Provincial y en el Archivo Histórico Diocesano. En este último  he consultado esta semana dos secciones nuevas: expedientes matrimoniales y capellanías.

Además, el lunes 22 por la mañana –antes de viajar a Jaén– visité el Archivo de la Real Chancillería de Granada. Quise consultar los pleitos de la familia Terrones, recordemos descendientes de Antón Terrones, activo mercader de corambre a finales del XVI en Jaén.

En 1619 el hijo del mercader, don Antonio Terrones de Robles –regidor de Andújar y futuro cronista local– tiene una serie de pleitos por ciertos episodios de violencia con otros oligarcas de la ciudad como don Fernando y don Juan Pérez de Vargas. Las élites nobiliarias durante toda la Edad Moderna pero especialmente durante el siglo XVII estuvieron inmersas en luchas de facciones, llamadas banderías o emulaciones. Generalmente varias familias o parentelas formaban un grupo o cuadrilla y se enfrentaban violentamente al grupo rival. Sabemos que los episodios de 1619 no fueron los únicos, ya que en 1632, don Antonio –integrado en la facción de los Quero– sería herido por don Antonio de Cárdenas gracias a los trabajos de Elizabeth Balancy sobre la violencia en Andalucía. 

Al parecer ciertas pruebas de nobleza ganadas por don Antonio no fueron aceptadas por sus enemigos, seguramente conocedores del origen plebeyo y artesano de los Terrones. La documentación consultada hace referencia a esta situación que nos informa de lo ambiguo del estatus nobiliario en el siglo XVII. 

En estas probanzas encontramos que la genealogía que aporta don Antonio –seguramente en respuesta a rumores en torno a su origen humilde– no concuerda con la genealogía que obtenemos de protocolos notariales previos. En primer lugar añaden el don a su madre Ana de Miranda y modifican el nombre y apellidos de su abuela paterna ahora Juan López de Párraga y en los protocolos Catalina Ramírez Blanco. Mantienen, sin embargo, el nombre de su abuelo Francisco Terrones, que un testigo dirá que fue "obligado de las carnicerías de Andújar durante diez años" añadiendo que se trata de un oficio honrado. En mi opinión este oficio era incompatible con la nobleza que su nieto llegó a conseguir.

Aún más curiosa es la afirmación de algunos testigos pecheros que llegarán a declarar al tratar de responder la pregunta octava de la probanza que “en la ciudad de Jaén no se tiene por trato humilde tratar en corambre sino por muy honroso y que lo tienen por trato y granjería hombres muy honrados e hijosdalgos de la dicha ciudad”. Curiosamente los testigos hidalgos –don Alonso de Piédrola y don Alonso Serrano de Piédrola, don Alonso de Lucena Escavias y don Alonso Quero de Escavias– optarán por ignorar tal pregunta y afirmación.


Vista de Andújar por Pier Maria Baldi. 1668.

Otros pleitos de la Chancillería, ya del siglo XVIII, nos dan referencias a los dos mayorazgos que fundó don Antonio, que se unieron al que ya disfrutaba fundado por Paula de Bago. Los mayorazgos se habían fundado sobre fincas con varias miles de "olivas" en Andújar, casas, bodegas, molinos, unas casas principales en la calle de Santa Marina, ricos censos y juros donados por el obispo de León y sus hermanos, primos de don Antonio, y especialmente dos oficios de regidor que al vincularlos los hizo perpetuos para que al menos dos de sus descendientes siempre tuvieran voz y voto en el cabildo iliturgitano. Sin duda una estrategia que explica el éxito de la familia en los años siguientes. 

Paralela a esta estrategia, el fraude y la invención de un pasado noble y una casa solar en las montañas de León, en el valle del Torío, con la usurpación del apellido Robles que unirán al plebeyo Terrones con gran escándalo "y murmuración" de las élites de la región. La elección de este lugar no fue casual: su primo don Francisco de Terrones fue el obispo de León entre 1607-1613.

El día 23 continué mi búsqueda sobre la familia Terrones de Andújar en los protocolos notariales, buscando el testamento de don Antonio, sin mucho éxito. Mejor me fue por la tarde en el Archivo Diocesano. Ya comenté en otra entrada el interés genealógico de los pleitos por mayorazgos y capellanías. En los Archivos diocesanos suele conservarse documentación sobre estas últimas, acerca del nombramiento de patronos o de nuevos capellanes. En el caso de Jaén, el fondo está organizado por poblaciones y apellidos, algo que facilita mucho la búsqueda. Rápidamente localicé en la documentación de Andújar la capellanía de don Antonio Terrones de Robles, canónigo de Toledo, primo hermano del cronista. En esta documentación aparece la fundación de una capellanía sobre la capilla mayor de la iglesia de San Bartolomé de Andújar, cuyo patronato estaba en manos de don Antonio por nombramiento de su primo el obispo. Algunas partidas de bautismo de la familia y de los pretendientes a capellanes me ayudaron a complementar la genealogía de los Terrones y sus descendientes los Albarracín.


Iglesia de San Bartolomé de Andújar donde tuvieron capilla los Terrones

Más tarde, opté por consultar los Expedientes Matrimoniales de parientes. En la Edad Moderna cuando se producía el enlace de dos parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o afinidad era necesario conseguir una dispensa de Roma. Los grados de consanguinidad los dan la relación de los contrayentes con un antepasado común. Así un matrimonio entre primos segundos (C33 o Cousin grado 3 grado 3) está a tres grados paralelos de los ascendientes comunes (los bisabuelos).
Árbol genealógico mostrando un parentesco C33 (primos segundos). La contrayente está a un grado de su padre, a dos de su abuelo y a tres de sus bisabuelos; el contrayente está a un grado de su madre, a dos de su abuela y a tres de sus bisabuelos.

En las catedrales se conservan estos expedientes que determinan el parentesco entre los contrayentes. Era más caro dispensar parentescos cercanos (tío-sobrina (C21) o primos hermanos (C22)) que los lejanos entre primos terceros (C33) o cuartos (C44). 

El parentesco de afinidad viene definido por el parentesco de uno de los contrayentes con el primer matrimonio de su cónyuge. Para que se de la afinidad se necesita que alguno de los contrayentes tenga un matrimonio previo. También hay que dispensarlo.

El marido está casando con la viuda de su primo segundo, por tanto los contrayentes tienen un tercer grado de afinidad.

Los expedientes llegan a representar árboles genealógicos muy rudimentarios para explicar los parentescos, a veces muy complejos debidos, por ejemplo, a la endogamia de las élites. Cuanto mayor sea el parentesco mejor para nosotros porque en un mismo expediente podemos obtener información de varios linajes. Dependiendo de la época los expedientes pueden aportar también las partidas de bautismo de los contrayentes y el testimonio de algunos testigos. 

Hay expediente matrimoniales donde no hay parentesco. En Jaén se definen en la documentación como "normales". No son tan ricos genealógicamente como los de parientes pero siempre nos pueden dar alguna información de interés.

El día 24, por la mañana continué buscando en los protocolos notariales el testamento de don Antonio Terrones, aunque finalmente opté por volver a los protocolos notariales de Jaén. Ha llegado el momento de explotar los escribanos con mayor contenido artesano o comercial y dejar las búsquedas genealógicas, que tanto tiempo me han llevado. Mi investigación está cercana a su final y hay que maximizar los resultados en protocolos. Así que volví a uno de los escribanos más interesantes para el estudio del comercio del cuero: Melchor Gutiérrez. 

Numerosas compra-ventas de cueros curtidos de zumaque y un documento clave: la compra de una buena partida de cueros vacunos de Indias –406– a dos zapateros de Sevilla por parte de varios potentes mercaderes de corambre como Francisco López de Almagro y Rodrigo Alonso Carrasco. Si, esta es la prueba que confirma, tal como predije en su momento, que en Jaén también se usaron cueros americanos para la artesanía local. Pero también de lugares cercanos. De nuevo el italiano de Huéscar, Daniel Quarteroni, aparece como abastecedor de pieles de cabrío –1200– en esta ocasión originarias de ganados de Huéscar y Caravaca.


Por la tarde, de nuevo en el Diocesano, continué con los expedientes matrimoniales de Andújar y Alcalá la Real. Ninguna sorpresa de mención.


Las galerías altas de la catedral de Jaén, muy cerca del archivo.

El día 25 consulté más protocolos de Melchor Gutiérrez para los años finales del siglo XVI. Nuevos nombres, el mismo cometido: el comercio del cuero. En algunos documentos los mercaderes de corambre compraban por adelantado las producciones de zumaque a sus dueños. Los sitios de Jabalcuz, Fuente la Zarza o Alberquilla aparecen como el origen de la mayor parte del zumaque jiennense. 

En el Diocesano opté por buscar varias capellanías vinculadas a los mercaderes de corambre. Por ejemplo la fundada por Bartolomé Martínez de Alcázar, que me dio bastante información sobre la rama de su hermano Cristóbal, jurado como él, de Jaén.

Hasta la próxima entrada!

sábado, 20 de mayo de 2017

Metodología (II): La reconstrucción genealógica y el cruce de fuentes (3)



Árbol genealógico en las pruebas para el disfrute de una capellanía. Archivo Diocesano de Cuenca

En la entrada anterior nos quedamos hablando de la familia López de Rojas. Demostramos que solo algunos de ellos descendían de los Hernández de Jaén.

Me interesaba comprobar si en el expediente de caballero de Santiago de Francisco Castellano de Marquina hacían mención a los López de Rojas descendientes del mercader. Yo vi el expediente –está disponible en PARES– hace mucho tiempo. Sabía que estaba la carta infamante, pero no recordaba las declaraciones de los numerosos testigos sobre estas familias. Lo curioso es que además de las preguntas típicas de la legitimidad del pretendiente y sus antepasados, o de la limpieza de sus abuelas, habían añadido a la probanza varias preguntas que hacían mención a la carta: sobre  descendencia de Pedro Hernández de Jaén y su fama. La mayoría de los testigos dejaban claro que los Castellanos venían de una hermana del yerno de Pedro Hernández de Jaén, Alonso Díaz de Rojas y que, por tanto, no descendían de él. Sin embargo, muchos confirmaban la fama de judaizante del mercader. También se hablaba del canónigo del Salvador Hernando de Rojas y de su hermano don Juan Méndez de Rojas, como los únicos descendientes de nuestro protagonista. 

La verdad, es que visto ahora en perspectiva podría parecer más una estrategia de distracción que otra cosa. Probando que no descendían de Hernández de Jaén, no significaba que los López de Rojas fueran limpios o nobles, pero distraían de este propósito. En la carta se hablaba de la amistad del pretendiente con los jueces que estaban realizando las pruebas, algo nada raro por otra parte. 

Después de los interminables interrogatorios, casi todos idénticos, en este afán de delimitar la descendencia de Pedro Hernández de Jaén, habían llegado a presentar una copia del testamento del mercader. !El testamento estaba on-line en un documento que yo había consultado en su momento.! Finalmente el año era 1601. 

En si, el testamento, no aporta demasiado a nuestra reconstrucción genealógica, tal como afirmé anteriormente. Lo más interesante son las diversas fundaciones que el mercader y su mujer creaban y los bienes anexos a las mismas. Cada una de ellas tiene su propia línea de sucesión en los hijos y nietos del mercader. Tal como esperaba, ni una referencia a sus actividades comerciales. Los mercaderes están inmersos en procesos de ascenso social vertiginosos. Normalmente al final de sus vidas, cuando suelen testar, su estatus es nobiliario o casi nobiliario por lo que conviene olvidar sus facetas mercantiles previas. Como curiosidad se habla de la capilla de San Antonio en el convento de San Francisco de Alcalá la Real como su lugar de enterramiento. Hoy en día dicho convento está en un estado deplorable y no hay ningún elemento que nos recuerde al mercader o su familia. 


!La cantidad de vueltas que había dado para volver al principio!. Si, pero de paso y durante el proceso he reconstruido la familia y cuento ahora con cientos de documentos utilizables en mi investigación. Además, ahora sé quiénes son y dónde tengo que buscar si quiero conocer facetas económicas y mercantiles de los mismos. Cuando consulté el expediente del Castellano de Marquina me interesaban los Castellano de Marquina y no los Hernández de Jaén. Cometí el error de no apuntar el contenido del mismo. !Apuntadlo todo! 

Y tras este descubrimiento creo que es un buen momento para finalizar esta serie de entradas que he dedicado a la reconstrucción genealógica. He dado a conocer una buena cantidad de herramientas –muchas de ellas on-line– que permiten el cruce de fuentes y creo que ha sido un buen ejemplo de los pasos a seguir para encontrar documentación y delimitar familias que pueden ser objeto de estudio de investigaciones.

Hasta la próxima entrada!


Diario de una investigación (XV): Semana del 15 al 19 de Mayo



Gójar con Sierra Nevada al fondo

El día 15 continué con los protocolos de Gregorio Salido, escribano de Alcalá la Real. Numerosos documentos sobre los Méndez y los López de Rojas en torno a la venta de ganado y de paños.

El día 16 retomé los protocolos de Jaén. Aún no había consultado los protocolos –el protocolo realmente– de Diego Fernández de Baeza. Se trata de varios años incompletos y en no demasiado buen estado, con muchas escrituras sin foliar. Bastantes documentos del mercader de cuero Francisco López de Almagro y del jurado Olivares. Lo consulté completamente.

El día 18 participé en la Universidad de Huelva en un seminario sobre Patrimonio. Presenté una ponencia de hora y media sobre aspectos metódológicos que estoy tratando en este blog, como la reconstrucción genealógica y el cruce de fuentes. 


Programa del Seminario en Patrimonio

Como he dicho otras veces, conviene, de vez en cuando, participar en seminarios interdisciplinares, algo alejados de nuestra área de investigación. Muchas veces el trabajo de investigadores de disciplinas ajenas puede ayudar a resolver –o al menos repensar– problemas de la nuestra.

La facultad de Humanidades de Huelva donde se celebró el Seminario en torno al Patrimonio

El día 20 asistí en Gójar al homenaje del que fuera profesor mío en la Universidad de Granada, José Rodríguez Molina, pionero en muchos aspectos de la historia del reino de Jaén de la época Medieval y Moderna. 



Programa del Seminario Homenaje a José Rodríguez Molina

El autor del blog junto con Javier García, organizador del Seminario

Fue una buena oportunidad de encontrarme con antiguos compañeros y profesores de la carrera. También puse cara a bastantes historiadores que trabajan el reino de Jaén y especialmente Alcalá la Real, charlandos con algunos de ellos. Mi presentación trató sobre el comercio de los paños de Baeza en Indias. Aproveché también para comprar algunos libros centrados en Alcalá la Real, que sin duda complementarán mis investigaciones.

Hasta la próxima entrada!

sábado, 13 de mayo de 2017

Metodología (II): La reconstrucción genealógica y el cruce de fuentes (2)




Árbol genealógico en la Ejecutoria de Juan Suárez de Figueroa vecino de Jerez. 1620. AHN.

Poco después de terminar la entrada Metodologia (II): La reconstrucción genealógica y el cruce de fuentes continué reconstruyendo la familia, en este caso los descendientes de doña María Méndez, hija de Pedro Hernández de Jaén. En teoría teniendo la rama de los mayorazgos de los hijos varones que terminaba, como sabemos, en los Fernández de Moya, tampoco era primordial reconstruir las familias de las hijas, sobre las que sus padres, en teoría, no fundaron mayorazgos. Grave error. Hay que reconstruir todas las ramas y veréis porqué.

De nuevo iniciamos la reconstrucción partiendo esta vez de doña María y su marido don Alonso de Quesada. Por el protocolo de Alcalá la Real de 1641 sabíamos de la existencia de un don Luis de Quesada Méndez primo hermano de don Francisco Méndez Villalfeide. Y por el testamento de don Juan Méndez de Pineda de 1668 sabíamos que el séptimo llamado a su mayorazgo era un tal don Alonso de Quesada Méndez hijo de doña María de Alfaro. Pues construimos la genealogia.


Al ver el catálogo de pleitos de la Chancilleria de Granada encontramos un tal Alonso Fausto de Quesada pleiteando en 1698 con el concejo de Alcalá la Real. Una búsqueda en Google y nos dirige a un libro de genealogía clásico "la Casa de Aguayo" donde aparece don Alonso Fausto de Quesada Narváez casado con doña Luisa de Pareja, hermana del I conde de la Camorra. Al añadir el Narváez a la búsqueda anterior Google nos lleva a doña María Úrsula de Quesada Narváez Molina en la base de datos genealógica Geneanet. Dicha entrada confeccionada por Alberto Martín Quirantes, reconstruye toda la familia Quesada hasta don Alonso Fausto –que casó cuatro veces sin tener sucesión– y sus hermanas, una de ellas llamada doña Ana Luisa mujer de don Francisco Antonio de Viedma. El árbol sigue con don Melchor Francisco de Viedma Quesada y su mujer doña Catalina Antonia Mazuelo padres de doña María Josefa de Viedma Mazuelo mujer de don Juan Francisco de Paula Pérez de Herrasti Ortega. Este último es un viejo conocido mío por ser el autor de una de las mejores obras genealógicas del siglo XVIII la "Historia de la Casa de Herrasti" cuya edición de 2007 tengo en mi casa. 

En su concido afán de minuciosidad Pérez de Herrasti había reconstruido la familia de su mujer, los Viedma. Y no solo ellos, también los Quesada. Y para mi sorpresa, en la página 208 se da la dote de doña María Méndez con don Alonso de Quesada y !!la referencia al testamento de Pedro Hernández de Jaén!!. Había consultado este libro hacía unos días para ver la descendencia de los Robles Fernández de Moya en Granada y unas páginas más tarde estaba el dato que llevo buscando desde el comienzo de mi investigación. Como en las buenas películas de detectives. La descendencia de los Pérez de Herrasti en Granada la conozco perfectamente, hay muchos descendientes que siguen viviendo en la actualidad, incluso tengo varios amigos, y, al menos uno es seguidor de este blog. !Qué pequeño es el mundo genealógico!.



Con las nuevas referencias de la dote de doña María Méndez y don Alonso de Quesada y especialmente del testamento mancomunado de Pedro Hernández de Jaén y doña María Ordóñez, así como varios testamentos de los Quesada, el próximo día en el Archivo Histórico Provincial de Jaén se adivinaba apasionante.

Sin embargo, en el archivo 2+2 no siempre es 4. Al buscar en las fichas el protocolo del escribano que contenía el testamento de Pedro Hernández de Jaén y que Pérez de Herrasti situaba en 1631 –una fecha que me pareció muy tardía desde el principio– quedaba claro que había un error pues el escribano dejaba de tener protocolos en 1623. Hay que recordar que la Casa de Herrasti se ha conservado como impreso y que el libro que manejo es una transcripcion del 2009. Los transcriptores, son seres humanos y no es difícil cambiar un número, especialmente si sobre él hay un rayajo o tachón o está escrito en una tipografía del XVIII. Otra opción es que los datos que recopiló Pérez de Herrasti estuvieran equivocados o incluso que él mismo no quisiera mostrar la ubicación real del testamento del antepasado de sus hijos.

Sea como fuere, opté por solicitar el legajo del citado escribano de 1613, esperando que Herrasti o su transcriptora hubieran trocado la cifra. Ni rastro del testamento. Al menos el legajo tenía índice, algo que facilita mucho la búsqueda de los documentos, siempre que el escribano sea más o menos exhaustivo con la indización, que no se cumple. Al menos encontré un interesante documento de doña María Méndez Marín mujer de don Juan de Castañeda, regidor de Santaella vendiendo a su primo hermano Cristóbal Méndez Zamorano el usufructo de unas viñas en Alcalá la Real. En él se hacia referencia –sin una gran certeza, eso si– al testamento de su padre Hernán Sánchez Méndez –que debe ser el hermano de Pedro Hernández de Jaén– y nombra al hermano de doña María, llamado Antonio Méndez Marín. Como véis casi siempre se encuentran cosas no buscándolas directamente. Pedí el legajo que citaba doña María para leer el testamento de su padre sin éxito.

Si no había tenido éxito con 1613 pensé en 1621, tal vez alguien confundió el 2 por el 3. De nuevo, un fiasco, pero había una escritura de los hermanos Méndez sobre la herencia de su padre, en torno a unos bienes aún sin repartir. Este documento refuta 1631, ya que Pedro Hernández había muerto antes de 1621, ¿acaso un año antes?. El hecho de que estuvieran sin partir sus bienes aún, me hace pensar que en el legajo siguiente podría encontrarme la interesante partición de herederos.

Aún me quedaba la dote de doña María Méndez y don Alonso de Quesada otorgada en Torredonjimeno. El año y el legajo existían pero en un estado deplorable. No se conservaban escrituras de los meses donde se suponía se había realizado la dote. De nuevo un callejón sin salida. Opté por mirar el testamento de su marido don Alonso de Quesada. Aquí si encontré el testamento pero con la tinta traspasada y prácticamente ilegible. Pese a todo fotografié el testamento; ya lo analizaría en otro momento.

Esta es la realidad del archivo. Los protocolos son documentos que tienen varios siglos de antiguedad y que han estado a merced de los escribanos, de inundaciones, incendios y guerras. Lo verdaderamente increible es que podamos contar, al menos en el caso de Jaén,  con la mayoría de ellos. En las zonas rurales del reino de Granada por ejemplo, podían encontrarse protocolos notariales tapando una tinaja de vino o sirviendo de puente improvisado sobre una acequia. Durante la guerra civil muchos protocolos terminaron reciclándose como papel higiénico o simplemente ardieron.

La investigación histórica no es un camino de rosas. A veces se puede avanzar rápidamente, pero la mayoría de las veces es un avance lento y discontinuo. Por cada línea de investigación pueden aparecer varias referencias que al final se quedan en nada. Y durante un tiempo la investigación se queda bloqueada...para reactivarse meses después con un descubrimiento fortuito. Esto es investigar, quién lo probó lo sabe.

No obstante podía estar contento de ampliar un poco el árbol de los Méndez, con la rama, al parecer extinta de Hernán Sánchez Méndez. Incluso tengo una hipótesis para la madre de los Méndez Márin: doña Batistina Marín, que fundó una memoria de misas que poseía en 1752 don Fausto Fernández de Moya Méndez.



Seguí retrocediendo en los protocolos de Rodríguez de Cebreros sin éxito, aunque algunos documentos fueron aportando información de interés. Doña Batistina Marín aparece como viuda de Hernán Sánchez Méndez, tal como suponía. Y hay un Juan Sánchez Méndez, seguramente hermano de nuestro protagonista casado con doña Leonor de Palencia.

Un documento me puso en la pista del testamento. En un protocolo aparecía Cristóbal Méndez Zamorano haciendo mención a que aceptaba el testamento de sus padres otorgado ante Juan Rodríguez de Cebreros y abierto ante Gregorio de Salido. Este último tenía solo dos protocolos entre 1601 y 1604 donde no encontré el testamento, pero si infinidad de documentos de los Méndez en facetas comerciales.

Con estas nuevas informaciones dudo que alguna vez encuentre el testamento de Pedro Hernández de Jaén y la verdad, quizás le estoy dando demasiada importancia. En la búsqueda he reconstruido sus cinco hijos y sus familias y, poco a poco, voy teniendo cada vez más información sobre sus bienes. Tal vez si lo encuentro no me aporte prácticamente nada nuevo. Tampoco creo que amplie demasiado  mis conocimientos sobre sus hermanos o padres. Hay pocos documentos cuya información no pueda ser suplida por lo que encontramos en otros. Testamentos, dotes, particiones, nos dan información rica pero unos complementan a otros, especialmente en lo relativo a la genealogía. Recordad que la familia es redundante a nivel genealógico.

Básicamente he reconstruido las líneas de cuatro de los cinco hijos de Pedro Hernández de Jaén. Paradójicamente la única que me queda por reconstruir es aquella que inició esta búsqueda, la linea de doña Catalina Ordóñez mujer de Alonso Díaz de Rojas. Esta rama vivió a caballo entre Alcalá la Real y Granada. Según el expediente del caballero de Santiago Francisco Castellano de Marquina  –o mejor de algún enemigo que envió la inoportuna carta sobre el origen judío del mercader– el caballero descendía de este matrimonio. De nuevo un pleito en la Chancilleria prometía esclarecer este asunto. Se trata de un litigio entre don Juan Méndez de Rojas y su pariente Gaspar López de Rojas en torno al nombramiento de candidatas para disfrutrar un patronato para casar doncellas fundado por Francisca López de Rojas.

Al consultar el pleito, el testamento de la fundadora y las alegaciones de los pleiteantes –no solo los citados sino bastantes primos y sobrinos de los anteriores– dibujan la rama de los López de Rojas.




Dentro de la documentación judicial de la España de la Edad Moderna los pleitos por mayorazgos y por el disfrute de patronatos y capellanías son los más ricos. No es raro encontrar partidas de bautismo, testamentos y dotes incorporados en los mismos con lo que reconstruir las familias es realmente sencillo.

En este caso, un único documento nos permite reconstruir gran cantidad de individuos de una misma familia, la mayoría de ellos aparecen por primera vez en esta investigación. Lo primero que me llama la atención es que, paradójicamente, los Castellano de Marquina parece que no descienden de Pedro Hernández de Jaén, por lo que la aquella carta decía la verdad a medias. Algunos López de Rojas  descienden de él, pero se limitan a los hijos de Alonso Díaz de Rojas y doña Catalina Ordóñez. La hermana del anterior doña Mencía López fue la que casó con el jurado Alonso Castellano, problablemente uno de los más importantes mercaderes de seda de la Granada de su época.

Pero no es la única sorpresa de este árbol. El hermano de Alonso, Gaspar López de Rojas había casado con doña Catalina Méndez Marín, prima hermana de doña Catalina Ordóñez, hija de Hernán Sánchez Méndez y doña Batistina Marín. Como vemos los nombres de pila, especialmente cuando son tan inusuales como Batistina, son un buen indicador de relaciones familiares. En este caso no hay espacio para la especulación, en el pleito se infoma que doña María Méndez Marín mujer de don Juan de Castañeda había alquilado casas a su cuñado Gaspar López de Rojas.

Continuará...

Diario de una investigación (XV): Semana del 8 al 12 de Mayo





El día 9 cargado de buenas referencias descubiertas por medio de la reconstrucción genealógica se quedaron en nada tal como podéis ver en esta entrada. Pero encontré infinidad de actuaciones mercantiles y ganaderas de los Méndez. Cristóbal Méndez Zamorano es casi sinónimo de venta de novillos o bueyes, mientras que su padre Pedro Hernández de Jaén aparece vendiendo cueros ya curtidos seguramente en su tenería de Alcalá que ocupaba una casa en la calle Tejuela y se regaba con la fuente de dicho nombre. 


Aunque no encontré el testamento de Pedro Hernández de Jaén, al menos nuevas ramas de los Méndez aparecieron: los Méndez Marín. Y todo el clan actuando en actividades productivas o financieras. 

El día 10 nada más llegar al archivo conocí a Rafael Galiano Puy del que he citado sus artículos en otra entrada. Un auténtico especialista de las familias de Jaén, gran conocedor de los archivos locales y un buen tipo. Continué con los protocolos de Alcalá donde otro Pedro Hernández –en este caso de Alcalá–  vendía infinitos paños "del obraje de esta ciudad" es decir de Alcalá la Real. Se trataba de paños de baja calidad –14ºs– pero sin duda fueron claves para la economía de la ciudad a principios del siglo XVII. Este día terminé de impartir clases en la Universidad de Jaén. Esto me va a permitir dedicar más tiempo a investigar en el archivo antes del verano. La verdad es que ha sido una experiencia positiva. 

El día 11 vi el testamento de don Juan Méndez de Pineda y de paso obtuve algunas informacones de la élite alcalaína de finales del XVII gracias a los testamentos de doña Catalina de Ganancia y don Pedro de Góngora Gadea en los protocolos de Francisco de Velasco. Más tarde volví a principios del siglo XVI con los escribanos Gregorio de Salido y Juan Rodríguez de Cebreros. Infinidad de documentación sobre los Méndez en su faceta ganadera y curtidora. En Alcalá varios mercaderes venden paños alcalaínos –Diego Méndez Osorio y Diego Méndez Báez–, unos portugueses también de apellido Méndez venden tafetanes, creas y lienzos y Gaspar López de Rojas sedas, ¿acaso de Granada de su cuñado Alonso Castellano?. Tengo que analizar toda esta documentación con tranquilidad. 

Después del archivo, antes de viajar a Granada, comí con mi colega Eloisa Ramírez en Expoliva 2017 la XVIII Feria Internacional del aceite de oliva e industrias afines que se celebra cada dos años en Jaén. Es sorprendente el tamaño y el despliegue del evento. Desde el punto de vista de la Historia Moderna hay mucho que hacer aún sobre este tema en el reino de Jaén.

Expoliva 2017 

El día 12 de mayo volví a visitar el Archivo de la Real Chancillería de Granada. Allí disfruté de la compañía y ocurrencias de mi director de tesis, el profesor Enrique Soria Mesa, catedrático de la Universidad de Córdoba.

El profesor Enrique Soria en el Archivo de la Real Chancilleria de Granada

La mañana fue bastante productiva. Encontré un pleito muy interesante sobre los López de Rojas y los Méndez que desarrollo en esta otra entrada. Otro litigio por los mayorazgos de los Ganancia de Castro del Río y su relación con las familias de Alcalá la Real Vázquez Mexia y Góngora, pero lo más interesante fue un pleito que estaba consultando el profesor Soria –y que luego amablemente me pasó extractado– sobre los Calatayud de Torredonjimeno y Pegalajar por el mayorazgo de los Alarcón Quintana de Torredonjimeno. Ya he hablado de Catalina de San Clemente, dueña de una tenería en esta última población y mujer de Diego de Quintana Alarcón, fundadores del mayorazgo, por el que pleiteaban los Calatayud, sus descendientes. Uno de ellos había casado con doña Leonor Soria Vera hija de Hernán Sánchez Crespo e Isabel Alonso. El anterior es uno de los escribanos que he consultado y su mujer era hija de Cristóbal de Cazorla y hermana de Pedro de Cazorla, mercaderes de corambre. Las redes familiares de productores y comerciantes de corambre se entrelazan constantemente. 

Hasta la próxima entrada!

sábado, 6 de mayo de 2017

Diario de una investigación (XIV): Semana del 1 al 5 de Mayo



Castillo de Santa Catalina en Jaén 

Una semana más corta de lo normal por el día del trabajo del 1 de mayo. Además, una serie de gestiones que tuve que hacer en Granada me permitieron aprovechar para visitar el Archivo de la Real Chancilleria de Granada.

El día 2 consulté un protocolo de Alcalá la Real del escribano Diego de Molina Montemolín. En primer lugar quería ver el testamento de don Miguel Ramírez Terrones para tratar de enlazarlo con los Terrones de Andújar. No lo conseguí. No encontré demasiada élite entre sus páginas. Luego, casi sin tiempo, consulté un protocolo del escribano de Jaén Juan Gabriel de Bonilla para ver el testamento de don Fausto Fernández de Moya. Una decepción. El testador, aunque hablaba de algunas cláusulas de ellos, no se acordaba de las referencias a testamentos fundamentales para mi investigación, especialmente el de su madre doña Isabel María de Aranda. Una pena. En cualquier caso el escribano Bonilla trabajaba mucho con la élite jiennense: Contreas, Uribe, Fernández de Moya. Puede ser interesante consultarlo en el futuro.

El día 3 volví a consultar al escribano Núñez de Ayala para completar un legajo a medias. Mercaderes de paños Luis Sánchez de Córdova o Lorenzo Navarrete campan a sus anchas por este escribano. Nada realmente reseñable. La verdad es que lo mejor de la mañana fueron las charlas con Rafael Frías y Rafael Cañada sobre artículos y plagios. 


Antigua foto de la casa del Padre Suárez (arriba a la izquierda) actual sede del Archivo de la Real Chancilleria de Granada

El día 4 visité el Archivo de la Real Chancillería de Granada. Tenía una buena lista de pleitos a consultar. Tanto de Pedro Hernández de Jaén como de sus descendientes los Méndez y los Fernández de Moya. El más interesante, el pleito que tuvieron doña Segundina de Peralta en nombre de su hijo don Fausto Fernández de Moya con el tío carnal de este, don Felipe, por el mayorazgo de don Juan Méndez de Pineda. don Juan Méndez de Pineda casó con su prima doña Isabel Méndez de Aranda y fueron padres de doña Isabel Méndez mujer de don Francisco de Franquis Lasso de Castilla y luego de don Diego Fernández de Moya. En el pleito se menciona la fundación del mayorazgo de segundos, citando solo las cláusulas del testamento relacionadas con la fundación; no hay problema porque una vez tomado la fecha y el escribano de este pleito, consultaré el testamento completo en el Archivo Histórico Provincial de Jaén la próxima vez de visite el archivo.

Consulté también varios pleitos de finales del XVI donde el pleiteante era el mismo Pedro Hernández de Jaén. En uno de ellos, los capellanes de la capilla real de Granada le reclaban el pago de una buena cantidad de dinero por la compra de mosto de Castillo de Locubin, que formaba parte del diezmo. El mercader alegaba la mala calidad de la uva como excusa para no pagar. Otro pleito ponía de manifiesto la cabaña ganadera del mercader. Tres manadas suyas –dos de machos cabríos y una de ovejas– pastaban en las dehesas de Motril y Salobreña en Taramay y Rioseco. Al parecer habían entrado también en los baldíos con ciertos destrozos. Un par de pleitos con cierto interés, sin duda. No está mal, pero si quiero estudiar a este mercader tendré que peinar los protocolos notariales de Alcalá, donde seguramente encontraré –como he encontrado hasta ahora– un buen número de sus actuaciones comerciales.

Hasta la próxima entrada! 




Metodología (II): La reconstrucción genealógica y el cruce de fuentes




Un árbol genealógico filipino mostrando una genealogía hasta los ocho bisabuelos

En esta segunda entrada de Metodología quiero explicar lo que yo entiendo como reconstrucción genealógica. Es una herramienta fundamental a la hora de investigar familias y, dada la vinculación en la Edad Moderna entre familia y red comercial o red social, será un método clave para cualquier estudio de Historia Social. La reconstrucción genealógica solo es posible por medio del cruce masivo de fuentes documentales y un buen entendimiento de las dinámicas de estas fuentes. Aunque estas técnicas se pueden aplicar a toda la sociedad del Antiguo Régimen, serán especialmente efectivas en las élites oligárquicas y nobiliarias, o mejor dicho, en el estudio de los grupos sociales que consiguen adquirir el estatus hidalgo, fundar mayorazgos, recibir mercedes de hábitos de Órdenes Militares, comprar señoríos o obtener títulos nobiliarios. Interesa, por tanto, en el análisis de familias de mercaderes o financieros exitosos, que como sabéis son el grupo social que estoy estudiando prioritariamente en mi proyecto Las columnas del Santo Reino. Este método –u otros similares– es el que llevamos a cabo los discípulos del profesor Enrique Soria Mesa de la universidad de Córdoba –a partir de sus enseñanzas– en nuestras investigaciones. Muchos de nosotros estamos vinculados al Laboratorio de Estudios Judeoconversos (LEJ) de la Universidad de Córdoba.

Como habéis podido comprobar en otras entradas del blog, tengo bastante interés en estudiar un mercader en particular: Pedro Hernández de Jaén vecino de Alcalá la Real a finales del siglo XVI. Para obtener la máxima información sobre el mismo no puedo limitarme a estudiarlo únicamente a él. Debo situarlo en una familia, en unas redes sociales, en un contexto histórico y mis fuentes deben ser lo más variadas posibles. Pero es que para estudiar Hernández de Jaén voy a tener que investigar no solo a sus parientes cercanos –padres, hijos hermanos– sino a todo su clan, y especialmente a los descendientes que –dos o casi tres siglos más tarde–  poseyeron los mayorazgos fundados por el mercader, sus hijos, y sus nietos. 

 La herencia de  bienes raíces –sobre todo en forma de vínculos y mayorazgos– es el hilo conductor de este proceso y la genealogía el esqueleto sobre el que se sostiene el sistema. Para llevar a cabo esta reconstrucción han sido necesarios consultar físicamente dos archivos: el Archivo Histórico Provincial de Jaén y el Archivo de la Real Chancilleria de Granada, cuando he tenido disposición de hacerlo, como veréis de manera alternativa; y virtualmente tres o cuatro más y varias bibliotecas, sin contar búsquedas por internet y en un buen número de libros online y en papel o la ayuda de colegas y amigos. Esto es hoy posible gracias a internet, hace solo unos años estas búsquedas serían casi impensables. El proceso, que aún continúa, me ha llevado cuatro meses, si bien no de manera exclusiva, pues esta reconstrucción ha sido paralela a la investigación general del proyecto, con mayor implicación, tal vez en las últimas semanas. En este tipo de procesos la suerte tiene un papel importante; hay documentos que permiten avanzar rápidamente, y encontrarlos a veces es casual. Un consejo, apuntadlo todo, nunca se sabe si lo que hoy no nos interesa lo hará en breve. Suerte o no, y parafraseando al jugador de golf Gary Player "cuando más investigo en el archivo, más suerte tengo en encontrar documentos claves".

Creo que en el ejemplo que voy a dar a continuación vamos a ver muy gráficamente como unas fuentes te dan la referencia a otras fuentes y estas, a su vez, te remiten a otras, a veces las primeras. En este proceso de ida y vuelta la genealogía se irá completando, corrigiendo, modificando y adaptando a las nuevas informaciones. Se parece mucho al método detestivesco: encuentras pistas que te llevan a otras y estas, a otras. Lo importante es no dejar las referencias documentales sin consultar, no dejar de seguir una pista; nunca se sabe si un documento anodino puede tener las claves a preguntas –genealógicas–hasta ese momento sin respuesta.


En cuanto a los materiales necesarios, para  armar los árboles genealógicos podemos usar el programa GenoPro:

GenoPro


Se trata de un programa bastante intuitivo y efectivo. Tiene una versión gratis de prueba y la de pago consistía en pagar 4 ó 5 euros, así que tampoco es para tanto. Hay otros programas similares.



De momento vamos a utilizar la primera hilera de iconos. Añadir hombre, añadir mujer. Añadir consorte. Añadir padres. Añadir hijo y añadir hija.




Una vez añadido el individuo, si hacemos doble click en él podemos ponerle nombre y toda una serie de opciones que, por ahora, no vamos a necesitar. Fechas, fotos, etc.

Aunque yo traigo aquí una reconstrucción por medio de GenoPro, que visualmente y didácticamente es más sugerente, y hay colegas que lo hacen así, no es mi caso. Yo solo dibujo el árbol cuando he reconstruido la familia al completo. Para ir construyéndola utilizo un método genealogico para procesadores de textos, en mi caso Word. El sistema es el siguiente.

Abuelo
c.con:
Abuela

1.- Padre del individuo, con el que sigue.

2.- Tio
n. el 1-I-1600
b. el 5-I-1600
Oficio

t. el 1-I-1650
co. el 5-I-1650
m. el 5-I-1650
e. 6-I-1650
c. con:
Tía


             A.- Primo1

                    z.- Sobrino de primos hermanos

             B.- Primo2

3.- Tía

Padre
c. con:
Madre

1.- Hermano1

            A.- Sobrino1

                          z.- Sobrino1

                           y.- Sobrino2

2.- hermana

          B.- Hija1

                      z.- Nieto2

3.- Individuo, con el que sigue la linea

Individuo
c.con:
Mujer

1.- Hijo, con el que sigue.

2.- Hija, etc


Este sistema permite incorporar información en cada individuo a continuación de cada uno. Fechas de nacimiento (n. el ) o bautismo (b. el), matrimonio (c. el), oficios, mercedes, etc y defunción (m.) , testamento (t. el) codicilo (co. el). Pueden añadirse apéndices personales como "Bienes", "enemigos" o "red comercial" . Podemos añadir notas al pie o paréntesis con las referencias documentales.

Hay programas como Filemaker que sirven para esto, pero yo uso word. Está muy pensado para el seguimiento de familias con mayorazgos, que generalmente se transmiten por linea recta de varón.

En el mismo archivo donde tengo la reconstrucción genealógica incluyo al final un apartado de archivos. Aquí incorporo los documentos que están relacionados con la familia. En un primer momento solo la referencia y la regesta, y cuando los consulto meto aquí la consulta. Así tenemos toda la información en el mismo fichero. Tal vez lo explique más detenidamente en una próxima entrada.

Sobre gustos no hay nada escrito. Cada cual debe utilizar el método que mas se ajuste a sus gustos. Este es el mío. Aquí me interesa más reflejar la búsqueda documental, en si, que la introducción de datos.

Pedro Hernández de Jaén "aquél de los muchos tratos"

Como ejemplo de reconstrucción genealógica por medio del cruce de fuentes documentales voy a utilizar el caso del citado mercader. Ya he hablado antes de él varias veces en este blog.  No era un desconocido para mí. Sabía algo de este mercader como antepasado de los Castellano de Marquina por el expediente de caballero de un descendiente suyo, don Francisco Castellano de Marquina. En él un informador afirmaba que la abuela del pretendiente Mencia López de Rojas era descendiente de un tal Pedro Hernández de Jaén, al que se le acusaba de tener sangre judeoconversa o incluso de ser él judaizante. Sin embargo no estaba clara la relación entre la susodicha y el mercader. Pero empecemos con la reconstrucción genealógica.

Todo árbol comienza con un único individuo. En nuestro caso el mercader Pedro Hernández de Jaén.
En los protocolos de Alcalá la Real me encontré –ya el primer día de investigación– con diversas actuaciones de Pedro Hernández de Jaén ante el escribano Francisco Jiménez. Para la reconstrucción solo me voy a centrar en documentos que tengan contenido genealógico, que permitan relacionar individuos con sus familiares. Los datos económicos, sociales, relaciones de poder los dejo para otro momento, aunque si seguiré las transmisiones patrimoniales y tendré en cuenta bienes facilmente localizables: cortijos, casas, oficios de regidor, etc.

 En el primero de los legajos había dos documentos que nos daban información sobre un hijo del mercader, Juan Zamorano, al que su padre daba un poder para cierto negocio en Motril.  Y otro que vinculaba a Juan Zamorano con su abuelo materno, Cristóbal Zamorano, vecino de Priego por una herencia de ciertas tierras allí. Un tercer documento hablaba de un jurado de Alcalá la Real también llamado Cristóbal Zamorano, que asumí que debía ser hermano de Juan e hijo de Pedro Hernández de Jaén. Era muy común en la Edad Moderna que los nietos tomasen los nombres de sus abuelos, incluso con más frecuencia que el de sus padres. Otro documento previo reforzaba el parentesco entre los dos hermanos, ya que Juan renunciaba el oficio de jurado en su hermano Cristóbal. Con GenoPro añado dos hijos varones a Pedro Hernández de Jaén y los padres de su mujer, aún desconocida.


                                     

Al consultar protocolos de un periodo veinte años posterior me encontré con Pedro Hernández de Jaén que había añadido a su apellido el "Méndez". Sus hijos también lo habían hecho y seguían siendo jurados. A pesar del cambio continuaban con sus actividades mercantiles en torno al mundo del ganado y el corambre. Juan Méndez Zamorano aparecía como dueño de viñas en el pago de Puertollano. Hago doble click en cada uno y añado el apellido Méndez.

                                     
En los protocolos de unos pocos años más tarde se pierde el rastro de todo el grupo. Hay, sin embargo una viuda, doña Juana Ordóñez que lo era de Francisco Méndez y madre de Juan Méndez Zamorano, menor. La repetición de apellidos hace pensar que eran parientes de los anteriores, pero no casan con la genealogía anterior. Recordad, una persona puede tener los mismos nombres y apellidos que otra pero sus padres e hijos serán distintos. La excepción a esto son hermanos con el mismo nombre, algo que es bastante inusual. Esta es la clave de la filiación genealógica, puede haber dos Juan Méndez Zamorano pero no dos Juan Méndez Zamorano hijo de Pedro y padre de Alonso. Recuerdo cierto aberrante libro local que, usando solo fuentes del archivo municipal, nos hablaba de cuatro o cinco regidores homónimos en un periodo de doscientos años. Sin la filiación bien podría tratarse de 5 ó 10 personas distintas o de una única persona que increíblemente vivió 200 años. No os canséis de filiar, son las coordenadas de un individuo dentro de su familia. Estos dos Juan Méndez Zamorano si nuestra documentación fuese una ejecutoria de hidalguía podríamos llegar a pensar en una falsificación genealógica, eliminando a Pedro Hernández de Jaén y sustituyéndolo por un ficticio Francisco Hernández, pero eso es muy improbable en protocolos notariales y con tan pocos años de diferencia. 

El nuevo grupo de la viuda de Francisco Méndez no podemos enlazarlos con los anteriores aunque entre ellos si se crea una genealogía de padres e hijo. Añado pues la genealogía a la anterior pero sin conectarla. En un protocolo, un año después encontramos a Cristóbal Méndez Zamorano, pero ahora ya es regidor de Alcalá la real. Añado los nuevos datos al árbol.

Cambio de archivo. Revisando mis notas del Archivo Histórico de Protocolos de Granada encontré una curiosa escritura del cabildo de Alcalá la Real en 1602 donde los regidores imponían un censo sobre sus bienes para poder financiar un hospital contra la peste. Entre ellos aparecía Juan Méndez Zamorano hipotecando viñas en Camuña y un cortijo en Cabeza de los Jinetes.  Aunque no coincidían las viñas, asumí que se trataba del hijo de Pedro Hernández de Jaén, pues el huérfano aparecía algunos años más tarde, y los menores no suelen desempeñar el oficio de regidor. Lo bueno de la reconstrucción y el cruce de fuentes es que podemos realizar suposiciones que nuevos documentos reforzarán o refutarán.




Durante algunas semanas olvidé el tema de los Hernández de Jaén y me dediqué a investigar protocolos de la ciudad de Jaén, encontrando bastantes documentos sobre la seda, los paños y el cuero. La reconstrucción quedó en suspenso hasta que mi colega cordobés Marcos Cañas me pidió que le consultara documentos sobre mercaderes portugueses –precisamente en Alcalá la Real– para los años 40 del siglo XVII. En estos legajos encontré a algunos Méndez: don Juan Méndez de Pineda, don Luis de Quesada Méndez, regidor de Alcalá y, sobre todo, de don Francisco Méndez de Villalfeide, clérigo. En un documento se decía que don Francisco era hijo de Cristóbal Méndez de Villalfeide y el primero daba un poder a don Luis de Quesada Méndez, regidor y su primo. En otro, el citado don Francisco decía que era primo de don Alonso Méndez de Rojas, vecino de Granada, al que vendió unas tierras. Ojo, hay que tener en cuenta el tiempo. Cada 25-30 años suele aparecer una nueva generación. Es poco plausible que un individuo que encontramos en 1580 siga viviendo en 1680, debe tratarse de un hijo o un nieto homónimo. Hay que fijarse especialmente en los segundos nombres o en los epítetos "el joven" "el viejo" "el mayor" "el menor" y cuidado porque hay mayorazgos que imponen unos nombres de pila concretos, si bien, generalmente el segundo nombre varía. 

Una búsqueda en Google con las cadena Quesada Méndez Alcalá la Real –no dudéis en buscar constantemente nombres y apellidos en Google, poniéndolos entre comillas– me devuelve un impreso de 1638 titulado: "Por los patronos de las memorias y obras pias que fundó el Doctor Don Iuan de la Canal. En el pleyto, con Doña Maria Mendez Alfeyde, viuda de don Alonso de Quesada, don Iuan Vazquez Messia, don Luys de Frias, y consorte, vezinos de la Ciudad de Alcalá la Real". El impreso no estaba disponible online, pero con la información que contiene, me fue suficiente para enlazar todo lo anterior con los árboles del principio. Aquel Cristóbal Méndez padre de don Francisco Méndez tenía que ser el Cristóbal hijo de Pedro Hernández de Jaén. doña María, su tía, hija del mercader, madre de don Luis de Quesada, el primo de don Francisco.   


Las nuevas filiaciones enlazaban los Hernández de Jaén con los Rojas de Granada, aquellos antepasados de los Castellano de Marquina, por los que yo había tenido las primeras noticias de esta familia. También se veía que el apellido Hernández de Jaén o Zamorano se había modificado a Méndez o Méndez de Villalfeide o Villafeide. Seguía sin enlazar a la viuda de Francisco Méndez y se había quedado aislado don Juan Méndez de Pineda. La sustitución de apellidos y el uso del "don" indica que se había producido un fuerte Ascenso Social o al menos un afán de ocultar los apellidos Zamorano y, sobre todo, el Hernández de Jaén. 

El seminario del vino me llevó a consultar el Catastro de Ensenada de mediados del XVIII de Alcalá la Real en el AHPJ para realizar mi charla, que básicamente habréis leído en la entrada Los vinos de Jaén. Como sabéis, me dediqué a revisar los bienes de los regidores alcalaínos buscando viñas y lagares. Cuando revisaba los bienes de don Fausto Fernández de Moya encontré que varios de sus bienes estaban cargados con patronatos y memorias de misas de Pedro Hernández de Jaén y Juan Méndez Zamorano. Incluso los bienes de Juan Méndez Zamorano, las viñas en Camuña y el cortijo de Pradollano estaban dentro de los bienes del Fernández de Moya. Los había encontrado. Los Fernández de Moya descendían de los Méndez Zamorano, o al menos habían heredado sus bienes. Se imponía reconstruir esta nueva familia. En el mismo Catastro aparecían referencias a dos hijos del regidor, don Diego y don Vicente. Era pertinente ver si se había conservado documentación de esta familia en los archivos. Para ello nada mejor que utilizar el catálogo de pleitos de la Real Chancillería de Granada.


Esta herramienta es especialmente útil para familias hidalgas entre los siglos XVI y XIX "del Tajo para abajo". A nosotros nos interesan, sobre todo, los pleitos por vínculos o mayorazgos, ya que van a  sacar a la luz la genealogía de los pleiteantes. Los expedientes de los pleitos que se conservan en Granada pueden variar mucho en tamaño y en contenido. Hay auténticas minas genealógicas que incorporan copias de partidas parroquiales –bautismo, matrimonio, enterramiento– y notariales –testamentos, dotes, capitulaciones matrimoniales, particiones de bienes– y otros pleitos que se limitan a informar del proceso y no aportan absolutamente nada. Hay consultarlos todos. La base anterior se completa con una nueva descripción de pleitos que solo puede consultarse in situ. En las descripciones hay que tener imaginación y probar todas las variantes ortográficas de los apellidos. Muchas veces es recomendable hacer búsquedas generales por lugares, porque siempre se escapa algún pleito.

Con la cadena "Fernández Moya Alcalá" encontraba tres pleitos un don Fausto Fernández de Moya y de don Francisco Fernández de Moya a finales del XVIII. Redefiniendo la cadena a "Fernandez Moya" encontré varios pleitos en Jaén y en Alcalá. Aparecía una tal Secundina de Peralta viuda de Diego de Moya madre de Fausto Fernández de Moya en 1770 pleiteando por el mayorazgo de un tal Juan de Pineda. El difunto debía ser el hijo de don Fausto. Con esta filiación inicié una nueva reconstrucción.


Con un nombre y apellido tan peculiar se imponía una nueva búsqueda en Google. Aparecían Faustos Fernández de Moya en Jaén el siglo XX y en la Edad Moderna "don Fausto Fernández de Moya" me llevaba a un libro en google books de Emilio de Cadenas Piera: Memoriales de títulos nobiliarios e hidalgos para obtener facultad y consignar renta de viudadedad siglos XVII, XVIII y XIX. En su página 105 aparecía "1194 Facultad que solicita don Fausto Fernández de Moya para doña Francisca de Valenzuela su mujer año de 1777". Yo sabía que mi director de tesis, Enrique Soria, había trabajado esta documentación. Así que un mail más tarde me encontré con otro del profesor Soria con un resumen del expediente donde el citado don Fausto decía ser poseedor de los mayorazgos de don Juan Méndez de Pineda, Martín López de Córdoba y don Diego Fernández de Moya, XXIV de Jaén.  De regalo otros documentos de los Méndez. El citado expediente también contenía una partida de matrimonio entre don Fausto, hijo de doña Secundina de Peralta Rojas y de don Diego Fernández de Moya Sotelo con doña Francisca de Valenzuela, que lo era de don Gonzalo y doña María Ignacia. Esta es una de las muchas ventajas que tiene tener por director de tesis al posiblemente –o sin posiblemente– mejor genealogista de España. Añadiendo la información anterior al árbol aparece:


El que don Fausto fuera el poseedor del mayorazgo de don Juan Méndez de Pineda reforzaba la vinculación entre los Méndez y los Fernández de Moya; y teníamos una nueva pista, el mayorazgo de Diego Fernández de Moya, regidor de Jaén. Durante muchos años me he dedicado a recopilar información en forma de genealogías de numerosos linajes de Granada, Murcia, Cuenca y otros lugares. El linaje Fernández de Moya y este regidor don Diego me sonaban. Efectivamente, al mirar mi base de datos, encontré que los Robles de la Costana de Granada tenían un entronque con los jiennenses Fernández de Moya y uno de ellos era caballero de hábito militar. Tenía ahora una nueva herramienta, el expediente de caballero de Calatrava de don Fernando de Robles Fernández de Moya.

A través de la base PARES, acaso la mejor del mundo en su estilo, se pueden consultar infinidad de documentos de la mayoría de los archivos estatales españoles, entre ellos el Archivo Histórico Nacional.

PARES



En muchos casos tenemos el expediente digitalizado, pero no era el caso.  Sin embargo, los expedientes de caballeros de órdenes militares posteriores a 1700 están extractados en unos libros dirigidos por Vicente de Cadenas Vicent, casi todos ellos en google books. En cualquier caso, yo tengo la colección completa en papel. No son una fuente 100% fiable pues está plagada de errores y omisiones, pero si no tenemos la posibilidad de ir rápidamente al AHN... Generalmente en estos extractos aparece la información genealógica –partidas de bautismo, matrimonio, y testamentos– de los padres, abuelos y bisabuelos del caballero que contienen los expedientes. Lo interesante de la genealogía es que los parentescos son redundantes, es decir, los hermanos tienen antepasados idénticos, por lo que el expediente de un sobrino nos da, por ejemplo, la genealogía de su tío materno. De nuevo una advertencia, los expedientes de hábitos militares son documentos interesados, muchos de ellos contienen falsificaciones genealógicas de grupos en rápido ascenso social; desconfiad de aquellos testimonios que se repiten machaconamente, testigo tras testigo. Leed antes de iniciar vuestra investigación los artículos de Enrique Soria sobre la falsificación genealógica:

Artículos Enrique Soria

Las partidas parroquiales pueden falsificarse al copiarlas, así que cuidado. A veces en un mismo expediente, si tiene anexos documentales, hay variación entre los documentos finales y las partidas del cuerpo del proceso. Se añaden "dones" donde no los había, se añaden apellidos. Los expedientes de hábitos son una excelente fuente de información genealógica pero es una fuente problemática. Todo esto hay que tenerlo en cuenta.

Extracto del Expediente de don Fernando Agustín Robles Moya, caballero de Calatrava 

Hechas las advertencias, vuelvo al caso. El expediente del Robles Fernández de Moya nos daba nuevas pistas. El abuelo del caballero, don Diego Fernández de Moya había casado en segundas nupcias con doña Isabel María Méndez y en su testamento de 1688 afirmaba ser el padre con ella de don Fausto Francisco. Por las fechas este último podía ser –ya mayor– el que aparecia en el Catastro de Ensenada. A través de su madre doña Isabel María parece que entraban los bienes de los Méndez.

Una nueva búsqueda en mi base de datos y un nuevo caballero de Órdenes descendiente de los Fernández de Moya, salía a la palestra: don Nicolás de Santa Olalla Rojas, caballero de Calatrava en 1895. Uno de sus bisabuelos era don Fausto Fernández de Moya Peralta y gracias al expediente sabía que había testado en Alcalá la Real el 22-IV-1803. Tendría que ver el protocolo cuando volviera a Jaén después de Semana Santa.  

La verdad es que sentí cierta satisfacción al enlazar los Méndez con los Santa Olalla. Esta familia la he estudiado desde hace bastantes años cuando me interesé por las élites de Baza y Huéscar. Hay Santa Olallas aún en la actualidad y ostentan el título de marqueses de la Hermida, título que rehabilitó precisamente el calatravo don Nicolás de Santa Olalla Rojas. Que podamos encontrar descendientes hoy en día del –estimo– mayor mercader de Jaén del siglo XVI tiene su gracia. Los Santa Olalla no son los únicos, como veremos. La genealogía de los Fernández de Moya, ya con su enlace con los Méndez quedaba así. 


Llegaba el momento de seguir tirando del hilo con el testamento de don Fausto Fernández de Moya Peralta en el AHPJ. Pedí varios protocolos de Alcalá la Real de 1803 pero no daba con el testamento. Para descansar me dio por mirar el listado de libros de la biblioteca del archivo cuando sorprendentemente vi entre los artículos de Rafael Cañada Quesada –excelente persona que a sus 84 años sigue investigando infatigablemente en el archivo y compartiendo su conocimiento con todo aquel que está cerca– uno titulado "Linajes nobles de Jaén: Fernández de Moya".


Siempre se escapa algo al buscar. Conviene también realizar búsquedas en la base de artículos Dialnet. En ella aparecen miles de artículos con temática de Historia Moderna, algunos en PDF.

Dialnet

El artículo de Rafael Cañada que me habría ahorrado mucho trabajo, pero siempre es mejor llegar a través del propio método personal –que va siguiendo una serie de pasos lógicos– que incorporar de golpe la investigación –con un método seguramente distinto- de otra persona. Sin duda, este artículo me ha dado varias líneas por las que proseguir e infinidad de referencias documentales que me habrían llevado mucho tiempo conseguir, pero siempre debemos contrastar las reconstrucciones genealógicas de otras personas antes de incorporarlas a las nuestras. Precisamente en este notable artículo de Cañada se comete un error en la filiación –seguramente un descuido– de don Fausto, haciéndolo hijo de doña María Cerón, primera mujer de don Diego Fernández de Moya, que por nuestra investigación sabemos que no era así, ya que era de su tercera mujer doña Isabel María Méndez. Si se puede, hay que descender siempre a las fuentes primarias, los testamentos, a las dotes, a los protocolos notariales. Los errores se comenten y se acumulan en las fuentes secundarias y terciarias.

 Sonreí cuando en el artículo se daba la referencia al testamento de don Fausto en  el único protocolo de 1803 que, aunque lo había solicitado, aún  me esperaba en la mesa de las peticiones. Reconstruida la línea de los Fernández de Moya desde sus inicios –aún hay Fernández de Moya en Jaén hoy en día– y viendo que mi propia reconstrucción era correcta, había que usar las informaciones que había en el citado artículo en torno a los Méndez. 

En los días sucesivos consulté algunos testamentos y documentos citados por Cañada y, poco a poco la genealogía de los Méndez se fue completando. En la mayoría de los casos solo aparecían los nombres de los fundadores, que precisamente eran los que me interesaban. En el testamento de don Fausto decía “entre los bienes pertenecientes al vínculo que poseo y fundaron Pedro Fernández de Jaén y doña María Ordóñez su mujer y agregaciones que a el hizo Juan Méndez Zamorano, vecino y regidor perpetuo hay unos solares”. !Ya tenía a la mujer del mercader!. ¡He tenido que ver un documento de 1803, de un descendiente, para saber el nombre de una señora que vivió a finales del XVI!. También aparece la mujer de Cristóbal Méndez Zamorano, doña Isabel de Aranda entre los documentos, ya que ambos fundaron un mayorazgo que luego poseyeron luego los Fernández de Moya. Como ya dije en otra entrada si conseguimos encontrar el protocolo desvinculador de un mayorazgo podemos obtener mucha información del mismo. Esto ocurrio con el mayorazgo anterior, si bien aunque tengo mucha información sobre los bienes del mismo, no he tenido tanta suerte con las escrituras fundacionales. La actuación y maestría de los escribanos en el proceso es un factor fundamental. En este caso la parte documental se obvió y tendré que buscar la información por otros cauces. 


Y de nuevo una búsqueda en Google me lleva a un documento on-line que no conocía. Un impreso realizado en 1625 en torno a la limpieza de sangre de los Méndez. Nos da información sobre el mercader sus padres, hijos y hermanos. 


"Por Pedro Fernandez Mendez de Iaen, vezino de la ciudad de Alcala, Christoual, y Iuan Mendez de Iaen sus hijos, y los demas descendientes. Con el Señor Fiscal del Consejo Supremo de la Santa Inquisicion. Sobre si se ha de usar de las informaciones hechas por el dicho Pedro Fernandez Mendez de Iaen, Christoual, y Iuan Mendez Zamorano sus hijos, para memoria de su limpieza, por entrambas lineas de su descendencia de masculinidad, y de hembra. 1625."

Este documento es de alto riesgo. Tiene una fuerte intencionalidad –que es probar la limpieza de sangre de los Hernández de Jaén– algo que por otras fuentes esta dado por imposible, pues eran claramente judeoconversos. Partiendo de la naturaleza fraudulenta del documento podemos entresacar algunas noticias muy jugosas: los padres  –el trapero de Baena Juan Sánchez de Jaén y Catalina Fernández–, una hermana doña Jerónima casada con Martín de Villalta, los enemigos de la familia, enlaces con grandes familias como los Pineda o los Aranda, actuaciones de todos ellos como mercaderes. Por ejemplo, gracias al documento sé que Juan Méndez Zamorano casó con doña Juana de Pineda, prima de un caballero de Santiago alcalaíno. Esto explica las dos ramas: Méndez de Pineda y Méndez de Aranda, descendientes de los hermanos Juan y Cristóbal, respectivamente, pero que se terminan fusionado como vería luego.

Una nueva visita a Granada. De los varios pleitos en el Archivo de la Real Chancilleria de Granada que he consultado esta semana destaca el de los mayorazgos de don Juan Méndez de Pineda (recordemos Juan de Pineda en la ficha). Tras su consulta la genealogía de los Méndez queda así:












Como siempre, la reconstrucción genealógica es provisional, nuevos documentos pueden completar o refutar esta genealogía. Aún quedan bastantes lagunas en la genealogia ascendente del mercader como sus padres y hermanos. Supongo que el padre de don Juan Méndez de Pineda fue don Alonso Méndez de Pineda, pero no está comprobado documentalmente. El lunes que viene en el AHPJ  espero encontrar en el testamento del primero la necesaria prueba documental. Por otra parte, aún no tengo testamentos, dotes, particiones de Pedro Hernández de Jaén ni de sus hijos o nietos, pero espero que conforme consulte más y más protocolos vayan apareciendo. Pero ya tengo el esqueleto genealógico sobre el que construir mi investigación. A menos ahora ya sé quiénes son, ahora toca saber el dónde, el cómo, el cuándo, el porqué...

  Nótese que, salvo en casos indirectos, esta reconstrucción se ha hecho sin contar con documentos parroquiales, algo que habría simplificado mucho el proceso y que espero poder consultar en el futuro, si fuera posible, en Alcalá la Real. Al mismo tiempo, no se trata de una familia al uso; en su interior se están produciendo procesos de ennoblecimiento y falsificación genealógica que dificultan mucho la reconstrucción. No es usual que una persona cambie tres veces de apellidos a lo largo de su vida e incluso tenga aún más cuando sus descendientes se los modifiquen. Esto complica sobremanera la búsqueda documental en bases de datos de archivos, a veces muy limitadas a descriptores documentales del todo obtrusos. Creo que el ejemplo que aquí se trata puede servir de modelo, o al menos inspirar a los jóvenes investigadores ávidos por iniciar su investigación documental a crear su propio método de reconstrucción genealógica.

Si te ha interesado esta entrada tal vez te interese leer la entrada anterior Metodología (I): Introduciendo datos de archivo y la posterior Metodología (II): La reconstrucción genealógica y el cruce de fuentes (2)

Hasta la próxima entrada!