sábado, 18 de febrero de 2017

Metodología (I): Introduciendo datos de archivo




El blog del proyecto "Las columnas del Santo Reino" se planteó también como una puerta a la enseñanza de técnicas y métodos de investigación histórica, especialmente para investigar archivos con fondos de la Edad Moderna. Precisamente esta semana he tratado estos estos temas con mis alumnos de la Universidad de Jaén.

Me he dado cuenta que hasta ahora no he comentado cual es la metodología de introducción de datos que sigo para trabajar en el archivo. Creo que puede ser un buen momento hablarlo ahora, una vez que empiezo a tener un número aceptable de protocolos consultados. 

Aunque hay colegas que utilizan programas como Filemaker y similares, yo continuo utilizando Microsoft Word, pero con algunas herramientas que simplifican mucho la búsqueda y la introducción de datos. Con este programa también confecciono mis artículos de investigación, de los que hablaré en una entrada en el futuro.

Mi metodología es la siguiente: tengo una carpeta llamada ARCHIVOS donde voy añadiendo carpetas con cada uno de los archivos que voy visitando. En mi caso los tengo en dropbox –que casi se me ha quedado sin espacio– con lo que, al mismo tiempo, tengo copias en la nube. También realizo copias de seguridad cada mes.


Como véis en la imagen doy números a los archivos que estoy trabajando recientemente para que aparezcan los primeros en la lista, en este caso el Archivo Histórico de Protocolos de Granada, el Archivo Histórico Provincial de Jaén y Archivo Diocesano de Jaén. Podríais pensar, ¿para qué tienes el archivo granadino si estás introduciendo datos masivamente en el de Jaén? La realidad es que al introducir datos o al revisarlos más tarde, tiendo a cruzar las fuentes, sobre todo cuando encuentro mercaderes o arrieros trabajando fuera de sus ciudades. Por ejemplo, en los protocolos de la sección Huéscar del citado archivo hay varios mercaderes de corambre y arrieros de Jaén operando con un mercader y ganadero italiano Daniel Quarteroni, que les vende las pieles de sus numerosos ganados caprinos. Estoy encontrando muchos mercaderes de cuero en Jaén y constantemente comparo en busca de coincidencias con los que ya tengo en Huéscar.

Si entramos en la segunda carpeta encontraremos un archivo word y el cuadro de clasificación del archivo o cualquier instrumento de descripción disponible en pdf, como listas de escribanos o catálogos o inventarios. En estos momentos me estoy centrando en los escribanos de Jaén y Alcalá la Real, pero nada me impide saltar a los de Andújar, Martos, Bailén o Linares si lo viera necesario. También puede ser útil todo tipo de información en torno a los horarios o ubicación de los mismos, para facilitar la planificación de visitas. 

Si entro en el archivo word vamos a encontrar los Archivos del reino de Jaén y debajo Archivo Histórico Provincial de Jaén. En este caso he fusionado dos archivos de protocolos notariales–podría tenerlos separados, también– que son el de Jaén y los protocolos del Archivo Municipal de Baeza. Estos últimos los consulté en una estancia de una semana durante mi tesis doctoral. Solo se conservan tres legajos para el periodo de mi proyecto: dos de 1590 y uno de 1600, pero es una información muy rica que voy a aprovechar para mi investigación.

El método de introducción de datos es muy sencillo. Se pone la referencia documental, tal como luego se citará en cualquier artículo que usemos la documentación. Yo pongo el archivo, nº de protocolo, escribano y año. Para realizar este blog también añado la fecha de consulta. Por ejemplo:

AHPJ, prot. 681 Alonso Garcia de Alcalá (1580) 2-II-2017

A continuación hago una pequeña descripción del legajo, como su estado de conservación o si tiene índice. Si el legajo está excluido de consulta también lo pongo, quedando también registrado, en el listado; y un resumen de su contenido. Por ejemplo tiene muchos mercaderes, miembros de la élite o aparecen moriscos, etc. Nunca se sabe si unas informaciones que son secundarias en la investigación actual pueden ser claves en el futuro para futuras investigaciones. 

Debajo empiezo a introducir pequeños resúmenes de los documentos comenzando por el nº de folio , fecha, palabra clave, contenido, testigos si hay alguno interesante. Este método, es una interpretación personal del que sigue mi maestro el profesor Enrique Soria Mesa, que lleva años introduciendo cientos de miles de regestas de todo tipo de archivos. Por ejemplo:

.416 (20-IX-1580) SEDAS Pedro de Lendínez vº Jaén, Santa María pagar a Pedro del Castillo, mercader vº Jaen  1317 reales por
129 varas de tafetanes de colores y negros a 5.75 reales/vara a pagar en Jaén en dos meses

Otros investigadores introducen variaciones en este sistema, como poner la fecha al final, ya que suele aparecer así en los documentos. A gusto de cada uno. Como veis en el ejemplo, si hay un producto, tejidos de sedas en este caso, lo separo para que sea más fácil de leer.  Al ser texto libre se puede adaptar a cualquier tipo de documentos, independientemente de su complejidad o tamaño. Es importante que aparezcan reflejados los actores, vendedor o comprador en este caso, su vecindad y parroquia, testigos, etc. Otro ejemplo, este caso de una obligación de lanas de los protocolos de Alcalá la Real:


AHPJ, prot. 4710 Francisco Jiménez (1605-1606) (3-II-2017 y 17-II-2017)

.183 (17-VIII-1605) Alonso Jiménez de la Vega vº Alcalá la Real entregar a Fernando de Peralta y Adolfo Breidel, flamencos res Sevilla y a Marcos de Torres vº Córdoba 40@ de lana en 1606 a 14 reales y ha recibido 440 reales de Andrés Fernández . Hipoteca 400 cabezas de ganado. Pagará al mensajero que venga de Sevilla, Córdoba o Jaén para la cobranza  por cada día  12 reales  

A veces, si el documento Word crece desmesuradamente –por ejemplo mi archivo para el Archivo Histórico de Protocolos de Granada para la ciudad de Granada tiene ya 912 páginas– puede ser complicado encontrar las referencias al protocolo. Así cuando el documento que me interesa está a final de un legajo, hay que retroceder una veintena de páginas para saber de qué legajo estamos hablando o poner hitos de legajo cada un número de entradas. Este problema, que me resultaba especialmente tedioso, y al que me he enfrentado durante varios años, se soluciona si añadimos mapas documentales al documento Word. Son una herramienta fundamental –a mi me la enseño mi colega Gonzalo Herreros– que permiten un sencillo sistema de esquemas. En Estilos hay una diferenciación jerárquica de encabezados. Señalando la referencia del legajo y dándole a encabezado 3, introducimos todo lo que viene después –hasta la siguiente referencia– en el esquema. Jugando con encabezados 1 y 2 podemos crear jerarquias. 

La gran ventaja de este sistema es simplificar las búsquedas. En nuestro caso, si ponemos "tafetanes" o "SEDAS" obtenemos de un único vistazo el resumen del documento y su referencia documental en la pestaña de la izquierda.





Cada vez que consultemos un nuevo legajo, debemos incorporarlo al esquema y, a continuación, iremos añadiendo los resúmenes precedidos por el número de folio. 

Si observamos la imagen anterior notaremos que el resumen del documento previo habla del testamento de un jurado llamado Mateo de Torres. Al final hay una F mayúscula. Con esto indico que hice foto del documento. Estas fotos simplifican mucho el trabajo para documentos largos y ricos en información como testamentos, dotes, cuentas entre mercaderes. Con las fotos también sigo un sistema de clasificación, pues las voy añadiendo a carpetas con referencias al legajo. En estos resúmenes puede reflejarse el número de foto para facilitar la búsqueda en caso de legajos donde hemos hecho muchas fotos.

De cara a la escritura de un trabajo de investigación, el fácil acceso a esta información es fundamental. Así con unas pocas búsquedas por palabras clave o por apellidos podemos obtener un buen número de resúmenes con los que ir construyendo nuestros artículos o capítulos de libro.

Si te han interesado esta entrada tal vez desees consultar las entradas Metodología (II): La reconstrucción genealógica y el cruce de fuentes y  la posterior Metodología (II): La reconstrucción genealógica y el cruce de fuentes (2)

Hablaré de todo esto en el futuro. Hasta la próxima entrada!


domingo, 12 de febrero de 2017

El cuero a finales del siglo XVI en Jaén (I)



“Tiene [el reino de Jaén] suelo acomodadísimo para el pasto de todos tiempos, las campiñas para el invierno, y montes de Sierra Morena…y pastos comunes dehesas y sextos particulares, en quienes se sustentan , apacientan y crían todas especies, suertes y diferencias de ganados, no solo domésticos…de la bondad y abundancia de las carnes resulta un particular trato, comercio y mercadería en esta ciudad, y es la mucha y estimada corambre que en ella se adoba, y labra, a que ayuda la bondad de las aguas, y por esta causa hay gran número de tenerías, que son miembros de hacienda muy considerable en ella. Hay mercaderes de cordobanes y toda suerte de corambres muy hacendados, ricos de dinero y caudalosos de bienes. Los cordobanes no reconocen ventaja a otros del mundo, porque son tan buenos como los de Córdoba, que es quien a las pieles de cabrío adobadas dio nombre de cordobanes, como a las de pergamino Pérgamo, patria del gran médico Galeno. Las badanas[1] y baldreses[2] son sin número, y de gran bondad como lo testifican los muchos guadamecíes que en esta ciudad se labran con estimada curiosidad los hermosos chapines, y chinelas, pues el aseo, del demás calzado de servilletas, zapatos, borceguíes[3], botas y vacuno, obra prima y basta, es otro miembro de hacienda notable. De pieles labradas, y por labrar se produce muy gran parte de España por su muchedumbre y bondad.”
Bartolomé Ximénez Patón, 1628



[1] Piel curtida y fina de carnero u oveja.
[2] Piel de oveja curtida, suave y endeble, empleada especialmente para guantes.
[3] Calzado que llegaba hasta más arriba del tobillo, abierto por delante y que se ajustaba por medio de correas o cordones.

La completa cita de Ximénez Patón introduce a uno de los sectores en los que tengo mayor interés en investigar en mi proyecto "Las Columnas del Santo Reino", que es el del cuero. Este producto que aún hoy en día sigue siendo un material de gran uso y difusión, en la Edad Moderna lo era aún más, pues ocupaba el espacio que hoy monopolizan los ubicuos plásticos. De cuero se hacían recipientes –odres, botas de vino, faldriqueras, monederos, bolsas–;zapatos y botas, guantes, sombreros, cinturones, correas, capas, etc. Además, el cuero se labraba y pintaba o doraba en forma de cordobanes y guadamecíes, que servían como recubrimiento para objetos –libros, arcas, mesas– o incluso habitaciones y como cuadros en las mismas. Por mis investigaciones precedentes tengo referencias a que estos cordobanes y guadamecíes de la ciudad de Jaén a finales del siglo XVI fueron exportados, y en cantidades notables, tanto a Italia como a las Indias.

Jaén además contaba con las materias primas necesarias para dicha producción. En primer lugar el reino de Jaén disfrutaba una cabaña ganadera notable, con ganado caprino, ovejuno y vacuno, animales cuyas pieles eran procesadas para producir los cueros; no obstante, el sector llegó a ser tan potente en algunas épocas que Jaén tuvo que importar pieles de reinos cercanos como Murcia o Granada o no tan cercanos como Extremadura (Fregenal) e Irlanda.


Pastor con su ganado. Phillip Peter Roos (s. XVII)


En segundo lugar, y esto es mucho menos conocido, en Jaén se cultivaba un tipo de arbusto llamado zumaque (Rhus Coriaria) que en su corteza y hojas cuenta con alto contenido en taninos, sustancias indispensables para el curtido de las pieles. Esta planta era conocidad desde la antigüedad en Jaén. En el siglo X en el Calendario de Córdoba se afirmaba que en Jaén y Córdoba se producía en cantidad para el curtido de las pieles.



Zumaques de tonos amarillos, naranjas y rojizos junto a los omnipresentes olivos (Alcalá la Real)

En los protocolos notariales de Jaén estoy encontrando abundantes referencias a "zumacares" o plantaciones de estos arbustos, que generalmente ocupaban las tierras de peor calidad, siendo un complemento ideal a olivos, viñas o moraledas. Un buen número de arrendamientos, compraventas y otros documentos relacionados me indican la gran presencia de estos cultivos en la comarca de la ciudad de Jaén, directamente ligados a su función como curtiente para el cuero.

Aún no conocemos la producción de esta sustancia a finales del siglo XVI en Jaén, pero por ejemplo en la ciudad de Alcalá la Real, en 1752, los zumacares de este lugar producían 968 arrobas, es decir, más de 11 toneladas de esta sustancia. Podemos encontrar interesantes informaciones sobre el zumaque en este artículo de E. García y L. Ramón-Laca:


También se curía utilizando ciertas cortezas de árboles (generalmente del género Quercus, es decir las encinas y los robles). En la documentación aparecen cueros curtidos de corteza e incluso se habla de "troncos de corteza" que se venden junto con los cueros. El precio de este producto es demasiado alto para tratarse de un trozo de madera, por lo que me inclino a pensar que sea la parte central del cuero de vaca, curtido con corteza. Sin embargo, troncos tambien son "conos" y parece que de esta manera se comercializaba la corteza molida, como se ve en la imagen de abajo. Si algún lector tiene noticias al respecto, le agradecería que dejara algún comentario.



Curtidor medieval curtiendo pieles con corteza y los conos de corteza en la tarima de arriba

El proceso del curtido de los cueros se llevaba a cabo en una instalacion preindustrial conocida como tenería. En este lugar se encontraban varias decenas de tinas donde se preparaba el zumaque y se introducían los cueros, en un proceso muy controlado. Hoy en día son famosas en ciudades marroquies como Fez o Marrakesh pero en la Edad Moderna se encontraban en casi todas las ciudades de los reinos hispánicos.




Imagen de una tenería en la actual Fez. Nótese los cueros apilados en montones.

Hemos localizado hasta seis tenerías en la ciudad de Jaén para el siglo XVIII,  en el catastro de Ensenada, y todas ellas contaban "con su piedra para moler zumaque". En Alcalá la Real, esta misma fuente nos habla de tres. He encontrado el arrendamiento de una de ellas en poder de Pedro Hernández de Jaén.

Ya tengo localizados a varios mercaderes de corambre comprando pieles en Huéscar, Murcia, Granada para luego importarlas a Jaén. A veces el pago a los ganaderos no se hacía en efectivo sino en cueros curtidos o incluso en ricos guadameciles. La familia Martínez de Alcázar contaba con varios miembros en este negocio. Antón, Cristóbal y el jurado Bernabé Martínez de Alcázar, ya activo en 1580,  que no solamente compraba las pieles sino que vendía en lugares lejanos como Sevilla, el cuero ya elaborado en forma de cordobanes. Esto me indica que tendía a controlar todo el proceso, lo que lo convierte en un verleger o mercader-empresario. También aparecen Pedro de Cazorla, Antón Terrones o Alonso Sánchez, activos en este mercado. En una entrada posterior hablaré de los derivados del cuero producidos en Jaén: cordobanes, guadamecíes y diversos tipos de calzado. Hasta la próxima entrada!.




sábado, 11 de febrero de 2017

Diario de una investigación (III): Semana del 6-10 Febrero




Tras la semana pasada llena de ajustes por el comienzo de las clases, esta semana ha sido mucho más fácil y productiva.

El día 6 de febrero tocaba hacer catas en dos nuevos escribanos:  Rodrigo de Baeza y Juan Alonso de Córdoba. Comencé con Rodrigo de Baeza y seguí todo el día y los dos siguientes con él. Mucha información en torno al mundo del cuero. Zumacares, ventas de cueros, y algo sorprendente, bastante producción de tejidos de seda, algo que no esperaba encontrarme en la ciudad de Jaén en el siglo XVI. Por sus páginas aparecen numerosos tejedores de terciopelo o tafetán y un mercader-productor llamado Nicolás de Rivera, luego jurado, miembro de una saga de escribanos y mercaderes giennenses de origen judeoconverso. Otro interesantante mercader Pedro de Almodóvar -homónimo del director de cine manchego– traficaba con paños, sedas, o incluso suministra telares a los tejedores. Son estas figuras las que pueden dar más juego en mi investigación. 

No obstante, la información que estoy obteniendo es aún muy local; me explico, aún veo la economía giennense a partir de la documentación que voy encontrando, bastante desconectada de las grandes rutas comerciales internacionales, aunque por referencias de Granada o Sevilla, sé que no fue así. Necesito encontrar los nexos de unión entre la producción local de paños y cueros con grandes mercaderes internacionales en Sevilla, Cádiz, Cartagena o Alicante. Hecho de menos contratos de transporte entre los mercaderes y los carreteros y arrieros, auténtico indicador del comercio interior, que conecte a Jaén con los nodos comerciales citados, todos ellos puertos de mar.

El día 8 casi al final de la mañana volví a consultar los protocolos de Gonzalo de Herrera. Demasiada élite nobiliaria y eclesiástica, muy pocos mercaderes. Estoy empezando a pensar que este escribano no me va a dar el juego que yo le suponía. ¿Tendré que seguir con su hermano Jerónimo?

El día 9 de febrero opté por continuar las catas y ver el escribano que pensaba ver el lunes, Juan Alonso de Córdoba. Nuevos mercaderes vendiendo sedas, Pedro Vázquez, Melchor Gutiérrez. Nada fuera de lo común.

Así que quise volver al final de la jornada a los legajos de Jerónimo de Herrera que tan buen resultado me dieron los primeros días. A finales del periodo continúa teniendo bastantes referencias a mercaderes. Diego Núñez de Alarcón, Juan de Quesada, Juan Morillo, Alonso Gutiérrez de Olivares. Y casi cuando iba a marcharme una referencia a Bernabé Martínez de Alcázar me hizo consultar las fichas onomásticas del archivo. Lo había encontrado antes vendiendo cueros en una escritura y ahora lo encontraba apoderando a un vecino de Alhama de Murcia para comprar cueros. Una acción que supera al simple mercader local. 

El Archivo Histórico Provincial de Jaén cuenta con unas fichas de apoyo al investigador. Hay un listado de personas que hacen referencia a escrituras donde las mismas aparecen. Hasta ahora mis búsquedas habían sido infructuosas en ellas. Sin embargo con Bernabé Martínez de Alcázar había un buen número de ellas. La práctica totalidad hacían referencia a la participación de este mercader en el comercio del cuero. En el escribano Alonso Pérez de Rivera encontramos poderes dados a agentes en Murcia, Castril, Lorca para comprar cueros. Además dos miembros de su familia Antón y Cristóbal aparecen involucrados en lo anterior. Hay ventas de cordobanes en Sevilla. ¿Serán los Martínez de Alcázar el enlace de Jaén hacia los mercados internacionales? Tiene buena pinta, me seduce la idea de un mercader que obtiene cueros en los reinos cercanos y luego vende el producto manufacturado en un gran nodo comercial como el puerto sevillano. Estos son los grandes mercaderes-productores –verlegers– que dominan todas las etapas desde la producción hasta el comercio final del producto manufacturado. Les seguiremos la pista.

Hasta la próxima entrada!










domingo, 5 de febrero de 2017

Diario de una investigación (II) Semana del 30 de Enero-3 Febrero





Alcalá la Real y su abadía-fortaleza.


Esta semana proseguimos con nuestra investigación en el Archivo Histórico Provincial de Jaén. No he podido asistir al archivo en la última semana tanto como me hubiera gustado, ya que he sido contratado como Profesor Sustituto Interino por la Universidad de Jaén y los tediosos procesos burocráticos, sobre todo al principio, siempre roban mucho tiempo. Voy a impartir este cuatrimestre la asignatura Historia Moderna en el Grado de Arqueología. Tengo que compaginar, por tanto, las clases con las visitas al archivo, y mi jornada va a estar algo cargada por las mañanas, especialmente de lunes a miércoles con archivo de 8.15 a 11.45 y las clases de 12.30 a 1.30 o incluso a 2.30 los lunes, teniendo que trasladarme en coche –o mejor en bus- desde el Archivo en el casco histórico de Jaén hasta el campus universitario de Las Lagunillas. Solamente los jueves y los viernes podré dedicar toda la mañana a la investigación y las tardes a la consulta bibliográfica.

El día 2 de febrero proseguí las catas en los escribanos de la ciudad de Jaén. Esta vez los elegidos fueron Diego Gutiérrez Milán, Alonso García de Alcalá y Gonzalo de Herrera. El primero, Diego Gutiérrez Milán solo cuenta con dos protocolos en los años iniciales de nuestro periodo de estudio, pero de un contenido interesante para nuestos fines. Ventas de paños, sedas, y un interesante documento sobre una cantarería en el arrabal de San Ildefonso a medias entre el jurado Juan Ramiro y el cantarero Cristóbal de Morales en la calle de San Jerónimo, acaso la actual Portillo de San Jerónimo. Tal vez trabaje intensamente este escribano a lo largo de mi proyecto. El segundo de los notarios, el escribano Alonso Garcia de Alcalá, atendiendo al protocolo consultado, destaca por la cantidad de testamentos que podemos encontrar entre sus folios. No descarto volver a sus protocolos más adelante. 

Una vez consultados los anteriores inicié la consulta del oficio de Gonzalo de Herrera. Ya había consultado los índices anteriormente. En las fechas iniciales del periodo no cuenta con tantas referencias al mundo mercantil, como esperaba, pero si encontré una buena cantidad de compraventas de cueros, parte inicial del proceso de otro de los grandes sectores económicos de la ciudad de Jaén a finales del siglo XVI, la fabricación de cordobanes y guadamecíes. De estos objetos de cuero labrado o pintado hablaré en el futuro en otras entradas de este blog.




Cordobán



Guadamecí. Museo de Málaga.

Finalmente, casi al final de la jornada, volví a los protocolos de Alcalá la Real. Quería cerrar la cata del escribano Francisco Jiménez con un protocolo de los años finales del periodo. De nuevo bastantes referencias a Pedro Hernández de Jaén y a mercaderes genoveses de la ciudad de Granada comprando lana como Juan Bautista Zarreta, los hermanos Chavarino y el regidor local y ligur Pedro Veneroso. Definitivamente voy a consultar intensamente este escribano.

Por la tarde estuve trabajando en la biblioteca del Instituto de Estudios Giennenses. Es fundamental realizar una búsqueda historiográfica paralela a nuestra investigación en el archivo, para completar nuestros hallazgos y dibujar cómo podemos incorporarlos a la historiografía.Sabía de una publicación en los Cuadernos del AMAR sobre el vino de Alcalá del profesor José Rodríguez Molina, que me dio clase de Historia Medieval de Andalucía en la Universidad de Granada.  Anoté en mi archivo sobre el vino alcalaíno varias informaciones de interés, especialmente en torno al conflico que existió entre los productores de vino de la ciudad de Granada y los de la ciudad de Alcalá la Real por el famoso privilegio del vino de esta última. Los RRCC dieron a Alcalá la exclusividad de la venta de su vino en Granada en los meses de mayo junio y julio y miles de arrobas de caldos torronteses y baladíes inundaron la alhóndiga y las tabernas granadinas durantes siglos.

Otro artículo de dicho autor sobre el mismo tema:

La cultura del vino





Viñas en Alcalá la Real


Después consulté algunos trabajos sobre Castillo de Locubín –Rafael Álvarez de Morales– y Torredonjimeno –Alfredo Ureña–, que me ayudaron a ampliar  mi conocimiento historiográfico sobre el territorio del Santo Reino en la Edad Moderna.

El 3 de febrero decidí continuar con los protocolos de Francisco Jiménez de Alcalá la Real. Por primera vez en mi proyecto me salí fuera de los límites temporales definidos, es decir 1580-1600. Pudo en mí la curiosidad de encontrar referencias más tardías al mercader Pedro Hernández de Jaén, especialmente su testamento o la partición de sus bienes.  No lo encontré, seguiré buscando, pero si di con un interesante protocolo lleno de referencias a ventas de lanas a mercaderes genoveses de Granada y flamencos de Sevilla.

En los protocolos de Alcalá la Real estoy encontrando abundantes referencias a la cria y venta de ganado porcino. Francisco Enríquez de Jorquera decía a mediados del XVII que era una población "con buena cecina". Algo que se refuerza por las numerosas ventas de "tocino salado" que estoy encontrando, al parecer, un producto en el que Alcalá la Real y su villa de Castillo de Locubín llegaron a tener fama, al menos regional. En los protocolos granadinos ya encontré a mercaderes sevillanos encargando a su correspondiente granadino en 1597 la compra de cincuenta "jamones de tocino" de Alcalá o Castillo de Locubín. 




Detalle de un jamón con mucho tocino en un bodegón de Luis Egidio Meléndez. s. XVIII. Museo del Prado.

Además, este protocolo contaba con una documentación no siempre usual: las actas judiciales. Ricos pleitos locales, en su mayoría sobre dotes y herencias particulares. Entre ellos los de doña Cliara Falcón mujer de don Fernando de Torreblanca Arroyo, e hija del doctor Jácome Falcón y de doña Luisa de Santiesteban, su mujer. Ya hablamos de este mercader italiano residente en Martos cuando lo encontrábamos comprando lana y vino a vecinos de Alcalá en la primera entrega de Diario de una investigación. Junto a esta documentación, varios inventarios de bienes con viñas en Alcalá.

Hasta la próxima entrada!