Tras la semana pasada llena de ajustes por el comienzo de las clases, esta semana ha sido mucho más fácil y productiva.
El día 6 de febrero tocaba hacer catas en dos nuevos escribanos: Rodrigo de Baeza y Juan Alonso de Córdoba. Comencé con Rodrigo de Baeza y seguí todo el día y los dos siguientes con él. Mucha información en torno al mundo del cuero. Zumacares, ventas de cueros, y algo sorprendente, bastante producción de tejidos de seda, algo que no esperaba encontrarme en la ciudad de Jaén en el siglo XVI. Por sus páginas aparecen numerosos tejedores de terciopelo o tafetán y un mercader-productor llamado Nicolás de Rivera, luego jurado, miembro de una saga de escribanos y mercaderes giennenses de origen judeoconverso. Otro interesantante mercader Pedro de Almodóvar -homónimo del director de cine manchego– traficaba con paños, sedas, o incluso suministra telares a los tejedores. Son estas figuras las que pueden dar más juego en mi investigación.
No obstante, la información que estoy obteniendo es aún muy local; me explico, aún veo la economía giennense a partir de la documentación que voy encontrando, bastante desconectada de las grandes rutas comerciales internacionales, aunque por referencias de Granada o Sevilla, sé que no fue así. Necesito encontrar los nexos de unión entre la producción local de paños y cueros con grandes mercaderes internacionales en Sevilla, Cádiz, Cartagena o Alicante. Hecho de menos contratos de transporte entre los mercaderes y los carreteros y arrieros, auténtico indicador del comercio interior, que conecte a Jaén con los nodos comerciales citados, todos ellos puertos de mar.
El día 8 casi al final de la mañana volví a consultar los protocolos de Gonzalo de Herrera. Demasiada élite nobiliaria y eclesiástica, muy pocos mercaderes. Estoy empezando a pensar que este escribano no me va a dar el juego que yo le suponía. ¿Tendré que seguir con su hermano Jerónimo?
El día 9 de febrero opté por continuar las catas y ver el escribano que pensaba ver el lunes, Juan Alonso de Córdoba. Nuevos mercaderes vendiendo sedas, Pedro Vázquez, Melchor Gutiérrez. Nada fuera de lo común.
Así que quise volver al final de la jornada a los legajos de Jerónimo de Herrera que tan buen resultado me dieron los primeros días. A finales del periodo continúa teniendo bastantes referencias a mercaderes. Diego Núñez de Alarcón, Juan de Quesada, Juan Morillo, Alonso Gutiérrez de Olivares. Y casi cuando iba a marcharme una referencia a Bernabé Martínez de Alcázar me hizo consultar las fichas onomásticas del archivo. Lo había encontrado antes vendiendo cueros en una escritura y ahora lo encontraba apoderando a un vecino de Alhama de Murcia para comprar cueros. Una acción que supera al simple mercader local.
El Archivo Histórico Provincial de Jaén cuenta con unas fichas de apoyo al investigador. Hay un listado de personas que hacen referencia a escrituras donde las mismas aparecen. Hasta ahora mis búsquedas habían sido infructuosas en ellas. Sin embargo con Bernabé Martínez de Alcázar había un buen número de ellas. La práctica totalidad hacían referencia a la participación de este mercader en el comercio del cuero. En el escribano Alonso Pérez de Rivera encontramos poderes dados a agentes en Murcia, Castril, Lorca para comprar cueros. Además dos miembros de su familia Antón y Cristóbal aparecen involucrados en lo anterior. Hay ventas de cordobanes en Sevilla. ¿Serán los Martínez de Alcázar el enlace de Jaén hacia los mercados internacionales? Tiene buena pinta, me seduce la idea de un mercader que obtiene cueros en los reinos cercanos y luego vende el producto manufacturado en un gran nodo comercial como el puerto sevillano. Estos son los grandes mercaderes-productores –verlegers– que dominan todas las etapas desde la producción hasta el comercio final del producto manufacturado. Les seguiremos la pista.
Hasta la próxima entrada!
Sería interesante sabe si se desplazaban a la feria de la villa de Los Molares en Sevilla.
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