Esta semana ha estado marcada por el Seminario de Investigación Histórica. El reino de Jaén en la Edad Moderna. Nuevas líneas de investigación que se ha llevado a cabo en la Universidad de Jaén.
El día 21, antes del seminario en el Archivo Histórico Provincial, gracias a la ayuda de su director, Juan del Arco, localicé varias tenerías en el Catastro de Ensenada de Jaén. Aunque son datos de 1752 pueden resultar de gran interés para nuestro periodo. En teoría las instalaciones no tendrían que haber cambiado demasiado, aunque no debemos confiarnos; la ubicación si debe ser la misma. En las respuestas generales se habla de seis tenerías. De momento he localizado cuatro en el catastro: la del conde de Villardompardo, la del mayorazgo de Fernan Arias de Saavedra, la poseída por don Jerónimo Ruiz Caballero y la tenería "del solar" de doña Inés de Quiroga. Las de don Pedro de Teruel Maestra y la de la capellanía de Luis de Torres Portugal espero localizarlas pronto.
Los elementos más característicos parecen que eran los pilones, las albercas donde se curtía el cuero y los molinos donde se molía el zumaque.
Preciosa ilustración de Jordi Ballonga de la tenería Cal Granotes en Igualada
En el catastro he localizado, asimismo, una almona de fabricar jabón propiedad del conde en la calle de Santa Úrsula. Veamos su descripción:
"Casa armona de jabón para fabricarlo en la calle de Santa Úrsula, parroquia de la Magdalena, que se compone de dos cuerpos, un portal, comedor, dos cuartos principales en bajo un dormitorio y tres cámaras en alto, un patio con su cañón de agua con trece pilones para las mezclas, tres cuartos ceniceros, dos corrales, dos caballerizas, y un pajar. Tiene de frente 40 varas y 27 de fondo, confronta por la parte de arriba con casas de don Juan de Robles, y por abajo con casas de la santa capilla de San Andrés todo de esta ciudad gana de arrendamiento todos los años 200 ducados."
Santa Úrsula es la calle que sale del raudal de la Magdalena. La jabonería, imagino, debería haber estado en lo que hoy es el Teatro Infanta Leonor.
Calle Santa Úrsula
Para terminar la mañana volví a consultar un Gonzalo de Herrera, que por las fichas sabía que contenía algunas escrituras interesantes.
Más tarde, en el seminario, el profesor Delgado Barrado y yo presentamos nuestros proyectos de investigación, parece que con buena acogida por parte del público.
En mi caso, presenté un powerpoint con los antecedentes, las premisas y objetivos del proyecto y los resultados de los primeros meses de investigación. En el turno de preguntas, algunos de los presentes mostraron su sorpresa ante la existencia de una gran producción pañera en Baeza o del negocio del cuero en Jaén. Muy poco de esto se sabe de estos temas en ambas ciudades en la actualidad.
Los elementos más característicos parecen que eran los pilones, las albercas donde se curtía el cuero y los molinos donde se molía el zumaque.
Preciosa ilustración de Jordi Ballonga de la tenería Cal Granotes en Igualada
En el catastro he localizado, asimismo, una almona de fabricar jabón propiedad del conde en la calle de Santa Úrsula. Veamos su descripción:
"Casa armona de jabón para fabricarlo en la calle de Santa Úrsula, parroquia de la Magdalena, que se compone de dos cuerpos, un portal, comedor, dos cuartos principales en bajo un dormitorio y tres cámaras en alto, un patio con su cañón de agua con trece pilones para las mezclas, tres cuartos ceniceros, dos corrales, dos caballerizas, y un pajar. Tiene de frente 40 varas y 27 de fondo, confronta por la parte de arriba con casas de don Juan de Robles, y por abajo con casas de la santa capilla de San Andrés todo de esta ciudad gana de arrendamiento todos los años 200 ducados."
Santa Úrsula es la calle que sale del raudal de la Magdalena. La jabonería, imagino, debería haber estado en lo que hoy es el Teatro Infanta Leonor.
Para terminar la mañana volví a consultar un Gonzalo de Herrera, que por las fichas sabía que contenía algunas escrituras interesantes.
Más tarde, en el seminario, el profesor Delgado Barrado y yo presentamos nuestros proyectos de investigación, parece que con buena acogida por parte del público.
En mi caso, presenté un powerpoint con los antecedentes, las premisas y objetivos del proyecto y los resultados de los primeros meses de investigación. En el turno de preguntas, algunos de los presentes mostraron su sorpresa ante la existencia de una gran producción pañera en Baeza o del negocio del cuero en Jaén. Muy poco de esto se sabe de estos temas en ambas ciudades en la actualidad.
El profesor Delgado Barrado presentando sus proyectos del IEG y MINECO.
El autor de este blog en uno de los "lances" del seminario.
El autor de este blog en uno de los "lances" del seminario.
El día 22 le tocó el turno a un nuevo escribano, Bartolomé Díaz de Biedma. Escrituras de Juan Núñez de Ayala, Pedro de Almodóvar y, especialmente, Pedro Hernández de Jaén vendiendo lana a tintoreros locales. Pero lo que más me llamó la atención fue el jurado granadino Gabriel de Oviedo vendiendo un buen número arrobas de azúcar granadino a diferentes compradores de la ciudad de Jaén y su comarca. Yo sabía que Gabriel de Oviedo –que luego fundaría mayorazgo y es antepasado de los Castillejo Oviedo, condes de Floridablanca y Villamena de Cozbijar en el siglo XIX– tenía tierras de plantar cañas en Salobreña, pero desconocía que vendiera su producción en el exterior. También era llamativo su agente, el tintorero giennense Juan Alonso Palomino. ¿Acaso Oviedo era, a su vez, factor de los Adorno o los Forniel, mercaderes genoveses que controlaban los ingenios de Salobreña en este momento? Aunque me atrevo a afirmar que tal vez fuera azúcar salido del ingenio del capitán Arroyo de Lobres. Dicho capitán debía –en 1599– 1.500 ducados a los herederos de Oviedo, tal vez por este comercio. He aquí, la maravilla de cruzar las fuentes, estudiando los protocolos de Jaén, podemos encontrar claves sobre la producción y el comercio del azúcar del reino de Granada.
El día 23 consulté algunos de los protocolos de Martos de finales del siglo XVI. Casi no se conservan legajos de esta localidad y los que se conservan están en un estado de conservación muy malo. Va a ser difícil reconstruir la historia de los famosos vinos de Martos de este periodo, alabados por el marteño Francisco Delicado en su inigualable novela: La lozana andaluza.
El resto de la mañana regresé a los protocolos de Alcalá la Real. La importancia del vino en la localidad se percibe al leer los folios de los legajos alcalaínos. Las viñas –torrontesas en su mayoría– aparecen en los inventarios e imposiciones de censos, en las dotes, en los contratos para cavar los majuelos; hay numerosas ventas de vino aún en las tinajas de los lagares de sus dueños. Luego asistí en la Universidad de Jaén a la segunda jornada del Seminario, donde la profesora López Arandia presentó su proyecto.
La profesora López Arandia presentando su proyecto del IEG
Este Seminario cumple otro de los objetivos del proyecto, la divulgación –o diseminación, como les gusta a los burócratas de Europa– del conocimiento. De poco sirven nuestras investigaciones si solo las conocemos nosotros y nuestro círculo cercano. Es necesario que la sociedad actual conozca su pasado y se identifique con él, para lo bueno y para lo malo. Jaén tuvo épocas muy notables en lo económico, lejos del estancamiento y ralentización actuales.
Por otra parte, para los investigadores es muy útil participar en los seminarios; nuevos enfoques y herramientas pueden aprenderse de las investigaciones de los otros participantes y, como he dicho en otra entrada, la preparación de las charlas permite un momento de reflexión y análisis del proyecto que estamos desarrollando. Sin olvidar los contactos que se construyen para futuros proyectos.
Hasta la próxima entrada!