sábado, 28 de enero de 2017

Los paños de Baeza a finales del siglo XVI





“De las lanas de ovejas, y carneros es también notable el interés y provecho que este reino tiene casi en todos sus lugares y poblaciones. Más en particular está la grosedad de este trato en la ciudad de Baeza de donde no solo se proveen muchas partes de estos reinos de España pero las Indias de el Perú, y Nueva España porque en esta ciudad se labran de toda labor desde la carda hasta la tijera del sastre casi infinitos paños finos, y bastos de todas colores, y suertes. Trato es que a Baeza la tiene con muy grandes caudales.”

Bartolomé Ximénez Patón, 1628 

La anterior cita plantea algo obvio en el reino de Jaén de la Edad Moderna, pero parece que ignorado por la mayoría de los historiadores actuales, la excepcional importancia que los paños de Baeza tuvieron en la economía de la ciudad y el reino durante este periodo. ¿Cómo si no se explica la monumentalidad de la población? ¿De dónde salieron los "caudales" para los palacios, iglesias y plazas de la ciudad? Pues de la fabricación y comercio de los paños. Al desconocimiento general sobre este tema también ha contribuido la casi total falta de protocolos notariales de Baeza –únicamente tres legajos se conservan para el siglo XVI en la Biblioteca Municipal de esta ciudad– lo que obliga a los investigadores a estudiar esta actividad económica con fuentes, en muchos casos, indirectas.

Pero los paños de Baeza merecen este esfuerzo. Me atrevo a decir que su peso en la economía y la sociedad del Santo Reino fue capital. Especialmente un tipo de paño conocido como "venticuatreno" por tener 24 cientos de hilos (2400), textil fundamental para la vestimenta española de los siglos XVI y XVII, o lo que es lo mismo, la global, porque en esta época todo el mundo vestía "a la española", imitando el estilo marcado por las modas de la corte castellana.


                                   
La "moda a la española" dominó el mercado mundial a finales del sigl XVI y principios del XVII. Detalle de una ejecutoria de Hidalguía. 

Capas, jubones, basquiñas, y otras prendas se confeccionaban con este tipo de paño pesado y denso adaptado al frío que asolaba aquellos años de la Europa de la "pequeña edad del hielo".

Los paños venticuatrenos de Baeza –de calidad media-alta– se realizaban con lana fina de las cabañas ovinas de la región en los talleres que salpicaban la ciudad de Baeza y su hinterland (Úbeda, Ibros, Mengíbar, Bailén, Linares) en un tipo de relación productiva y comercial conocida como domestic-system, donde el mercader-empresario jugaba un papel fundamental controlando todas las etapas de la producción y el comercio. Junto a la lana, eran necesarios ciertos tintes –pastel, cochinilla, indigo, grana– y mordientes –alumbre, rubia– así como aceite de oliva para engrasar los hilos de la trama en los telares o jabón para eliminar el aceite –o desengrasar– de los paños. Además de lo anterior, también fueron objeto comercial, la propia tecnología de los telares, bastante más complejos de lo que parece a primera vista, o incluso las cardas para separar la lana de sus adherentes. Las primeras pesquisas al respecto nos muestran a activos mercaderes genoveses de Granada participando en todo este comercio de materias primas y tecnología.



Miles de telares como el de la imagen debieron llenar Baeza y otras poblaciones del reino de Jaén


Todas estas necesidades de la fabricación de paños– el motor económico de la época– dieron lugar a un activo comercio a escala global que solo estamos empezando a dilucidar en la actualidad.

En Baeza, además "de toda la labor desde la carda hasta la tijera del sastre" de los paños propios, parece que se realizaban los últimos procesos de fabricación y acabado de los paños de su hinterland, algo similar a lo que describe Fortea para la ciudad de Córdoba. Sorprende la gran variedad de tipologías y colores de los paños, como se puede ver en la siguiente tabla.

Tabla 1. Los paños de Baeza a finales del XVI. Tipologías y precios.


Paño de Baeza
Precios límite (reales/vara)
24º capa de rey
24-25
24º morisco
25
24º mezcla
17-23
24º velarte azul
22
24º negro
22
24º plomado
20
24º verde
19.5
24º pardo
18-21.5
24º azul
18-20
24º vellorí
17-20
24º tornasolado
18
24º noguerado
17
24º palmilla
22
22º palmilla azul
15
22º verde
14
18º noguerado
15
Medio blanco
12

La joya de los telares de Baeza era ese paño "capa de rey" –¿acaso llamado así por ser el que vestía el rey Felipe II?– que alcanzaba los 25 reales por vara. Cada vara de estos paños implicaba decenas de horas de trabajo de los tejedores baezanos y de la región.



Felipe II y su indumentaria negra

Los paños de Baeza no fueron los únicos que se fabricaban en la España de la Edad Moderna. En la ciudad de Segovia se encontraban los mejores paños de la Península con la mejor lana merina, alcanzando precios muy altos, entre 27 y 33 reales por vara; a continuación venía Baeza con 17-25, seguida por Cuenca, que suminstraba unos paños muy parecidos en calidad y precio; algo más baratos y de menor calidad estaban los venticuatrenos de Córdoba, realizados con la lana de los ganados del valle de los Pedroches.

Tabla 2. Algunos paños venticuatrenos producidos en Castilla a finales del siglo XVI
             
Paño de lana
Precios límite (rls/v)
Tamaño piezas (varas (0.84 m))
24º de Segovia
27-33
21-32
24º de Baeza
17-25
22-30
24º de Cuenca
13-25
22-27
24º de Córdoba
12-13
20-30

Efectivamente el mercado de los paños de Baeza era muy amplio. En un artículo de Andrés Ucendo se habla de que el mercado de los venticuatrenos abarcaba por el norte hasta Toledo y La Mancha.  Fortea también señala su venta en la ciudad de Córdoba. Por nuestra parte tenemos localizadas numerosas ventas de paños de Baeza también en el reino de Jaén Granada, Cádiz o Sevilla. El carácter de esta última como puerta de las Indias, queda confirmada cuando advertimos que los paños de Baeza dieron el salto al Nuevo Mundo al estudiar los registros de navío de las Flotas de Indias, monopolio comercial de Sevilla durante los siglos XVI y XVII.

Detalle de un registro de navío con un paño venticuatreno de Baeza


Si bien Lima era, a finales del siglo XVI, el principal mercado de los paños baezanos, los textiles llegaron hasta México, Cartagena de Indias, Santa Marta, Nombre de Dios o Panamá y luego hasta las poblaciones del interior del continente americano. Hasta todos estos puertos llegaban a bordo de las Flotas de Indias, en grandes cargazones fletadas por los mercaderes "peruleros", mercaderes avecindados en Perú que viajaban de regreso a la Península, cargados de plata de Potosí, para volver a Lima tras cambiar la plata por numerosos productos textiles y de todo tipo, proceso que bien estudió Lutgardo García Fuentes.



Distribución de los paños de Baeza en el Nuevo Mundo

Hasta Sevilla llegaban los paños a lomos de animales –gobernados por arrieros– o por medio de carretas de bueyes y mulas –cuyos dueños eran los carreteros–, aunque también pudieron hacerlo a través del río Guadalquivir, como se han encontrado algunos documentos al respecto.

Todo este flujo de paños baezanos lo he ido estudiando a partir de diferentes archivos –Archivo General de Indias, Archivo General de Simancas y diferentes archivos de protocolos –y que espero se complete con los fondos notariales del Archivo Histórico Provincial de Jaén mientras desarrolo el proyecto "Las Columnas del Santo Reino". Sobre todo esto estoy escribiendo diferentes artículos especializados que veran la luz, en breve, en revistas nacionales e internacionales. Hasta la próxima entrada!




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